La selección uruguaya, la del Maestro Tabárez, la de estos tipos que dejan hasta lo último en la cancha y se dan contra lo que venga, ese cuadro, nuestro equipo, nuestros muchachos nos regalaron una alegría más.
Uruguay hoy jugó un partidazo en Sochi.
La iniciativa y la pelota fue portuguesa pero créame que las situaciones más claras del partido fueron en su mayoría uruguayas.
Uruguay empezó arriba en el marcador bien temprano luego de recuperar una pelota por el lateral izquierdo. Allí Bentancur, siempre de cabeza levantada, no la reventó, la jugó con Nández que vio a Cavani cerca. Cavani hace un cambio de frente desde tres cuartos de cancha para Suárez, y allá fue corriendo haciendo una diagonal acalmbrante para definir con un cabezazo impresionate al ángulo. Una jugada que tiene ciertos razgos parecidos con aquel de Suárez contra Inglaterra en 2014.
Uruguay siempre bien parado tenía 2 jugadores presionando a la pelota, marcando en bloque y listo para moverse hacia el otro sector cuando el rival cambiaba el frente de ataque.
Un tiro libre de Suárez sacudía otra vez el arco portugués que notaba que no podía abrirse mucho en ataque porque la contra podría ser lapidaria.
Cáceres trabajó a destajo, los centrales impecables y Laxalt sumaba. En el medio la transición lograba ser efectiva y Uruguay se iba al final del primer tiempo mejor parado.
Demasiado simple. El poco peligro que generaban los portugueses era sólo culpa de un plan bien ejecutado en la cancha. Eso de limitar al rival fue la premisa y se cumplió.
En el segundo tiempo Portugal se fue arriba, Uruguay no lograba encontrar la respuesta y a los 10 Pepe logró perforar el arco uruguayo en la única jugada donde los nuestros se tomaron un segundo de licencia.
El campeón europeo se iba arriba y buscaba el segundo, pero Uruguay pegó una vez más en el momento justo con la receta de la casa levemente mejorada: Saque largo de Muslera, Suárez la pelea y Bentancur tuvo la irreverencia de estropear esa jugada entreverada con un toque sutil fruto de su visión periférica, Cavani la cacheteó de derecha contra el palo izquierdo para poner el segundo.
Cavani estaba feliz. Se había ganado el gol del helado.
Pero para que una victoria uruguaya sea completa la tenemos que condimentar con épica, y es allí donde aparecieron todos, porque nadie estaba dispuesto a dejar escapar esta gran oportunidad.
Uruguay hizo de la defensa un arte armónico de hamacarse de un lado a otro cubriendo los espacios, y por momentos esa armonía era interrumpida por un tranque, un cierre salvador o una barrida para mandarla al córner.
Godín ganaba por arriba y por abajo a pura ubicación, Vecino le hace un quite a Ronaldo adentro del área con la precisión de un cirujano extirpándole la pelota. Laxalt emocionaba en cada cierre y además le daba el aire para seguir un poco más y mandarse arriba generando faltas ganando aire para los suyos.
Cáceres y Nández eran un tándem impasable por derecha, Vecino se replegaba cada vez más para dar una mano y por si fuera poco Torreira estaba siempre para ganar la segunda pelota y hacer cierres geniales. Todo entrega, todo lucha.
Los de arriba bajaban unos metros, generosos en la marca. Cavani salió tironeado. Es que se jugó al límite, y esta tarde Cavani jugó para superarlos.
Los cambios le bajaron la intensidad a Uruguay. Stuani y Sánchez no ofrecían la misma intensidad y perdían algunas pelotas comprometedoras, pero siempre estaban dispuestos a volver y dar una mano. Cebolla Rodríguez intentaba respaldar a Laxalt por izquierda, pero con suerte variada.
El famoso Cristiano Ronaldo probaba por derecha, por izquierda, pero era imposible perforar al muro celeste. No había manera. La defensa uruguaya desmoraliza al delantero más optimista metiéndolos en una telaraña de confusión.
Los últimos minutos, esos de desesperación pura dieron tiempo para que Rui Patricio fuera a buscar el gol milagroso, pero Josema y su banda tenían otro plan.
El árbitro mexicano, que permitió jugar al límite todo el partido, había dado 4 minutos de adición pero se ve que se le rompió el reloj y seguíamos sufriendo.
El pitazo final fue un alivio.
El grito de «Uruguay nomá!» se mezcla con la satisfacción del deber cumplido. Uruguay fiel a su historia vuelve a la elite del fútbol Mundial definitivamente.
Con un temblorcito en la pera Obdulio te deja este unoxuno mundialista:
MUSLERA: Seguro a la hora de salir a cortar centros y no dar rebote cuando el tiro venía hacia él. Las únicas en las que no pudo fueron un golazo y otra que recibe un golpe en la mano. Gran trabajo.
CACERES: Impasable en el primer tiempo. Midió a Ronaldo como un sastre y no lo dejó moverse con facilidad. Se mandó muy bien al ataque en el primer tiempo generando jugadas peligrosas. Un Clase A definitivamente recuperado.
JOSEMA: Con el aplomo de un zaguero de 32 años este muchacho demuestra que nunca falla en las difíciles. El sucesor de Godín se mandó un partidazo.
GODIN: Por momentos parece que los rivales son más grandes, más fuertes, más rápidos, pero él siempre se las ingenia para estar parado en el momento justo, a la distancia indicada y ganar siempre. Una muralla en el fondo.
LAXALT: En cuanto el partido fue avanzando su figura se fue agrandando. Los portugueses planearon atacar por el supuesto lado débil y el muchacho de las trencitas los esperó firme.
TORREIRA: El motor de la mitad del campo. Un artista de la marca. Impresionante despliegue del jugador más pedido de los últimos años, cumpliendo con creces con la celeste en el pecho. Otro que trancó con la cabeza. Un crack.
NANDEZ: A pura técnica de marca se paraba delante de los hábiles portugueses para robar la pelota y recibir faltas. El primer tiempo fue excelente en todos los aspectos del juego. Ya en el segundo tiempo se guardó el combustible que tenia para tareas defensivas. Salió liquidado.
VECINO: Aplicado, siempre en el lugar correcto fue la rueda de auxilio de Laxalt hasta que entró nuestro Cebolla Rodríguez. Un despliegue enorme de un jugador que no necesita de quites o movimientos espectaculares para demostrar su valía, como esos arqueros que no necesitan volar para atajar una pelota que parece difícil.
BENTANCUR: Hoy más cerca de los volantes que de los puntas fue quien le dio fluidez al juego uruguayo. En sus pies se inician el primer gol (otro tal vez le pega de punta y para arriba, él se tomó un tiempo más y siguió tocando), y asiste a Cavani en el segundo. Salió fundido debido al despliegue en la cancha. Fenómeno.
SUAREZ: Cuando no está en su tarde goleadora el libro Multiaventura te ofrece dos opciones: pase a la página 183 y póngase el balde o vaya la página 121 juegue para el equipo tirándose a los costados y asistiendo a sus compañeros. Cuando elige la página 121 sigue siendo un jugador desnivelante. El pase a Cavani para su primer gol es espectacular. Grande loco!
CAVANI: Decir que fue el mejor de Uruguay sería injusto con sus compañeros, pero el tipo hizo dos goles, bajó a defender, peleó con todos en el medio y salió lesionado producto de tanto esfuerzo. La figura de Uruguay tuvo otro partido consagratorio en el momento indicado.
SANCHEZ: Entró sin caja de cuarta. Imposible nivelarse con Nández. Entró para las pelotas quietas (se paraba en la barrera).
STUANI: Bajó a defender, le puso ganas, pero la diferencia con los titulares es gigante.
CEBOLLA: Otro que le puso muchas ganas pero con una velocidad menos. Tuvo el tercero en sus pies pero el pase de Suárez fue un poco largo.
Uruguay se mete entre los 8 mejores equipos del Mundo haciendo a esta generación liderada por Tabárez como de las mejores desde 1954 a la fecha.
Muslera, Godín, Suárez y Cavani pasan a integrar ese grupo selecto de jugadores legendarios con la celeste.
Hay muchas formas de ganar. Uruguay mostró la suya.
Uruguay recoge su cuarta recompensa en el camino.
Se viene Francia, que no será fácil, «pero hay algo que nos empuja, y lo vamos a querer ganar»
Desde lejos se ve distinto,
Gracias muchachos!
Uruguay Carajo!
Obdulio está emocionado,
Obdulio son los Padres