Rusia y Croacia volvieron a pudrir una serie de «mata mata» en esta copa durante 90 minutos matizado por escasas emociones. Por algo ambos juegan su segundo alargue.
Los croatas, deslucidos, entraron en el en el juego ruso. El fútbol de los locales es llano, cúbico como sus construcciones populares del Siglo XX.
El poco color ruso entre tanto macizo lo aportaba Cherysev, sólo cuando lograba ponerse en un lugar donde la pelota no volara tres metros por encima suyo.
En la única que tuvo la clavó del ángulo.
Los croatas no lograron despegarse del entrevero y Modric cobraba demasiado peaje para hacer fluir el juego. Todo pasaba excesivamente por él. Es de los últimos 10 clásicos que quedan, tal vez el único destacado en Rusia 2018.
La jugada del empate viene por izquierda, sin la participación del 10.
El resto del partido fue un bodrio. Fue un partido ordinario entre roperos rústicos contra roperos técnicos, con excepciones, por supuesto.
El alargue se puso bueno porque al inicio Croacia puso el segundo de cabeza.
Los rusos se fueron arriba con todo, pero ya Zyuba no estaba para recibir los centros. Los croatas, incluido su arquero, padecían el trajinar del partido en sus físicos.
Rusia vendió cara su derrota a pura vergüenza deportiva, esa que nos gusta ver en los nuestros y que a veces consideramos exclusiva (que soberbios).
Subasic en una pierna cortaba centros y tapaba pelotas con seguridad, y a puro tesón los croatas también seguían de pie.
El alargue ofreció lo queríamos ver: un gran partido.
Y ahí llegó Fernandes para poner el empate, con otro gol de cabeza, un golazo, y Rusia no se iba dejar conquistar fácilmente a pesar de estar en verano.
Los 5 finales fueron por demás emocionantes. Ambos equipos fundidos dejaban todo en la cancha.
Y llegaron los penales.
Ambos equipos con 240 minutos y una tanda de penales a cuestas.
Llegaba la hora de los arqueros, figuras en los penales ante España y Dinamarca.
Subasic tapó el primero a puro reflejo. Se había tirado antes y pudo recuperarse. Brozovic la pudría en el ángulo.
Rusia anotaba el segundo. Akinfeev se lucía y tapaba el suyo.
Fernandes le erró al arco. Modric con suerte ponía el suyo. Akinfeev la tocó, pegó en el palo pero se metió.
Rusia aseguró el cuarto. Croacia también.
Rusia puso el quinto y todo quedaba una vez más en los pies de Rakitic que cumplió como un crack.
Croacia se metió entre los 4 mejores por segunda vez en su corta historia.
Rusia se va con la frente en alto de su mundial.
¿Quiere fotos del partido? Acá jugó Rusia mi amigo. El informe sale plano, sin estridencias, duro, bien ruso.
Obdulio informa,
Obdulio son los Padres
OBDULIO SON LOS PADRES 