La posibilidad de ver partidos en vivo en cantidades industriales, estar informado de las alineaciones y resultados en tiempo real es algo relativamente reciente.
Hasta que la AUF decidió vender los derechos de televisación de los partidos de fútbol allá a mediados de los 90’s, habían dos maneras de poder estar al tanto de los juegos del fin de semana: ir a la cancha o escucharlo por la radio.
Apenas se transmitían los partidos de la Liguilla Pre Libertadores en Enero por TV abierta, la única pantalla disponible por aquellos tiempos..
Hace un par de semanas se dio el retiro Carlos Muñoz después de casi 40 años relatando fobal, e inspirados en ese hecho a Obdulio se le ocurrió hacer un informe sobre el relato de fútbol en nuestro país, en otro de sus pretenciosos informes especiales.
Los inicios
En la década del 20 se iniciaron las primeras transmisiones de fútbol. Fue en la terraza de el diario «El Plata» un 1ero de Octubre de 1922 cuando Claudio Sapelli narró las principales incidencias en el partido disputado entre Uruguay y Chile en el marco de la Copa América disputada en Brasil.

Sapelli se encontraba en una de las azoteas del Teatro Solís, desde allí recibía los reportes via teletipo de las incidencias del partido, y megáfono en mano transmitía las noticias.
Gol olímpico
La primer transmisión de un evento deportivo a nivel mundial, fue una pelea de box entre Dempsey y el argentino Firpo, en Estados Unidos el 21 de Julio de 1921.
El primer partido de foot-ball transmitido por radio en el mundo se realizó en Argentina. Fue el 2 de Octubre de 1924 en el partido que disputaron Argentina y Uruguay en la cancha de Sportivo Barracas, como revancha del 1-1 registrado en Montevideo el 21 de Setiembre, en el marco de dos amistosos festejando la obtención de la medalla de oro Olímpica de La Celeste en Colombes.
Los responsables de la transmisión fueron Horacio Martínez Seeber y Atilio Casime a través de «LOR Radio Argentina».
El partido lo ganaron los argentinos por 2 a 1, siendo la incidencia más recordada el gol de Cesáreo Onzari, quien pateó un corner y sin que nadie la tocara la pelota terminó en el arco.
Los jugadores incrédulos miraron al árbitro para saber que pasaba en estos casos, dado que era la primera vez que sucedía en un partido de foot-ball por nuestras tierras (al menos en partidos importantes). Sin dudarlo, el juez del partido otorgó el gol para los argentinos, conocido como «el gol de Onzari a los Olímpicos», deformado como «Gol Olímpico» posteriormente para simplificar el tema.
Una de esas jugadas especiales que nos regala el fobal de vez en cuando tuvo su nacimiento en el Clásico del Río de la Plata, y para suerte de Martínez y Casime, sucedió en aquella primera transmisión radial.
El primer tweet futbolero: «Ataca Argentina, gol de Uruguay»
Las formas de transmitir los partidos a las multitudes variaban desde el megáfono ya contado hasta escribir las incidencias en un pizarrón. En la final Olímpica de 1928 los telegramas llegaban con las incidencias del partido desde Amsterdam, con frases que se estampaban en un pizarrón.
El hombre que transcribía los mensajes subía y bajaba las escaleras, escribiendo los reportes, y Obdulio supone, que lo hacía dándole un poco de su impronta.
Probablemente cansado de tanto sube y baja, el hombre comenzó a juntar más de un mensaje para simplificar la tarea, y en esa mezcla de jugadas y cansancio es que debe haber nacido la famosa frase, repetida por nuestros abuelos dentro de su repertorio de frases futboleras: «Ataca Argentina, gol de Uruguay».
La final del 30
De aquella final no he logrado encontrar registros de relatos radiales. Sin embargo, la emisora del SODRE transmitió aquellos partidos por «radiotelefonía». Ignacio «el botija» Domínguez Riera fue el encargado del relato de los primeros tres partidos de La Celeste en los Mundiales, con comentarios de Emilio Elena.
Elena fue el encargado del relato de la final, al parecer porque «el botija» estaba muy nervioso. Por eso invirtieron los roles.
Si logran conseguir un audio de aquel partido, Obdulio se los agradecerá.
Estrategias para «ver» el partido
Mi viejo me contaba que Carlos Solé publicaba en los diarios un afiche con la cancha dividida en cuadros para guiar a los escuchas. Según mi padre, esto hizo un poco menos intenso su relato, porque se descansaba en el diagrama para relatar la jugada, y decir algo como «lleva la pelota fulano por el cuadrante 3, mete pelotazo para mengano que recibe en el cuadrante 10…».
Hasta que empecé a informarme sobre esta nota creí que Solé fue el primero, sin embargo, este sistema para orientar a los oyentes se inventó en Inglaterra, implementándose en Uruguay por el ya mencionado relator apodado «El Botija».
Las formas de ubicar los jugadores en la cancha varían desde afiches como el que adjuntamos, hasta orientarnos según las tribunas del Estadio Centenario, sin importar si el match se disputa en Wembley, Maracaná o el Mendez Piana.
De hecho, si el lateral izquierdo lleva la pelota y el relator dice «avanza el 6 por Olímpica», inmediatamente ubicamos la imagen del equipo avanzando hacia el arco a la derecha de nuestra imagen, como si fuera hacia la Amsterdam.
El estilo y los relatos de gol
Un relator debe cumplir con ciertas reglas básicas, como poseer un gran golpe de vista para la reproducción de las jugadas y mencionar a los jugadores correctamente. Ni decir que debe conocer las reglas de juego.
Pero para que un relato logre tener todo lo necesario para atrapar al oyente debe incluir otras cosas como la transmisión de sensaciones, la descripción del entorno, la emoción ante las jugadas de riesgo, o tener la habilidad para calcular el número de espectadores o darle color a un saque de arco.
Otro de los aspectos que marcan el éxito de un relator es que tan fuerte pegan los apodos que le incorporan a los jugadores, o que muletillas del relato quedan instaladas y se adoptan como «dichos de fobal» o parte del relato de aquel gol que hizo delirar a los hinchas.
Aquellos relatores que nos transmitieron las mayores conquistas de nuestro foot-ball son los más recordados, y seguramente seamos injustos con los pioneros, o quienes quedaron encandilados por las grandes figuras, que al fin y al cabo son las que el público eligió.
Obdulio hace un repaso de los relatores que nos trajeron a nuestras casas goles inolvidables, que con el paso del tiempo se hacen más importantes.
Carlos Solé
Carlos Solé es la voz de Maracaná, del 54, del Peñarol de los 60s o el Nacional del 71. Desde 1935 hasta su fallecimiento en 1975 estuvo en las casas de los uruguayos al menos una vez por semana con su voz grave y la emoción en sus palabras.
La canción «Hermano te estoy hablando» (2009) de Jaime Roos, en su disco llamado de la misma manera, incluye el relato de Solé del segundo gol de Nacional en la final de Lima de 1971 ante Estudiantes de La Plata.
En la final de la Libertadores de 1966, casi se disculpaba por sus expresiones en el cuarto gol de Peñarol ante River Plate: «…este partido, si ustedes me permiten, en una expresión poco académica, ganado a lo macho». Otros tiempos, sin duda.
El relato de los goles de Maracaná los hemos escuchado hasta el cansancio, pero a mi entender, el gol más emocionante es el empate ante Hungría, por las semifinales del Mundial de 1954.
Un fenómeno.
Duilio De Feo
Tal vez muchos piensen que Solé fue el único que estuvo en Maracaná aquel 16 de Julio de 1950. Sin embargo, Duilio De Feo junto a César L. Gallardo también estuvieron allí. De Feo tenía una cadencia particular en el relato al final de sus frases, como apagándose. Seguramente una técnica para tomar aire y continuar con la siguiente jugada.
Chetto Pelliciari y Luis Semino también transmitieron aquel histórico partido por Radio El Espectador.
Víctor Hugo Morales
Víctor Hugo, cambió la forma del relato uruguayo, o mejor dicho, montevideano. Seguramente influido por el estilo argentino, Morales cautivó al público con su estilo, que distaba mucho del de Solé, con un ritmo demoledor y adornado con frases y descripciones únicas.
Su «ta ta ta ta, gooool!» es de lo más característico de su repertorio.
En 1976 decidió seguir la campaña de Defensor, quien fue finalmente campeón uruguayo, rompiendo la hegemonía de 44 años de los grandes durante el profesionalismo.
Trabajó en Uruguay hasta 1981, y su relato de la final ante Brasil en 1981 (por el Mundialito del 80), es lo más recordado en este margen del Río de la Plata y su «quedate tranquilo Obdulio…»
Sin embargo, su relato más famoso y emocionante es del 2-1 de Argentina sobre Inglaterra en 1986, el mejor gol de la historia de los Mundiales, que relatado por Víctor Hugo hasta parece mejor, especialmente en el después del gol con el «Barrilete cósmico, de qué planeta viniste?»
Alberto Kesman
«El Mariscal», es el claro continuador de Solé. Su forma de relato, con el tono de voz y cadencia es el mismo. Kesman junto a Máximo Goñi son los representantes del estilo de relato «Hecho en Uruguay».
Además de su voz, Kesman pasó a ser la cara del deporte en Canal 12 junto a Juan Gallardo en los 80. El hombre logró imponer su impronta en ambos medios de comunicación.
Ha sido el relator más escuchado del país por años, y sus frases como «Hay que avisarle», «te comiste la pastilla Yanuzzi» o «es lo que hay, valor» han quedado como parte de ese patrimonio inmaterial del fútbol, que en algunos casos trascendieron a la cancha.
En 1995 Kesman relataba de esta manera junto al Dr. Ariel Delbono la Copa América número 14 en el Centenario. «Supieron cumplir. Uruguay campeón 1995»
Su relato del partido Uruguay – Inglaterra en Brasil 2014 es otra de las joyitas de El Mariscal, con los comentarios de Enrique Yanuzzi.
Kesman es Kesman
Carlos Muñoz
Muñoz es un caso particular, pues su estilo es un híbrido entre el estilo uruguayo de Solé y el de Víctor Hugo, debido a que el ritmo del relato era mayor que al de su contemporáneo Kesman, pero con menos adornos que el de Víctor Hugo.
Si hay algo que caracterizó a Muñoz en su relato fue la emoción que transmitía. Sus relatos de las últimas conquistas internacionales de Nacional y Peñarol son la carta de presentación para cuando uno se pregunta como era su estilo.
Los penales de Uruguay contra Ghana en 2010, a través de Radio Rivadavia en Argentina es otro de sus puntos altos, ya casi sin voz.
Peñarol vs América de Cali, 1987: Tirá Diego, tirá!
Nacional vs PSV, 1988: «vamos Superman», «no lo voy a mirar»
Penales Uruguay vs Ghana, 2010: «… el Seba vaaaa…»
Otras voces
Junto a los mencionados, no podemos olvidar a otros relatores como Alvaro Recoba, el ya retirado Nestor Moreno, o los facellidos Ruben Casco y Lalo Fernández.
Las voces actuales
Kesman, Julio Ríos (con sus idas y vueltas al país) y Máximo Goñi se mantienen como los relatores de la vieja guardia que siguen vigentes. Goñi tiene la particularidad de transmitir con su equipo de trabajo todos los partidos donde juegue un equipo uruguayo a nivel internacional, generalmente en el lugar de los hechos.
Moar, Sonsol, Alvaro Gonzalez Marquez, Martín Rodríguez o los relatores partidarios, entre tantos otros intentan llevarnos con sus palabras las incidencias de juego en una era donde el bombardeo de imágenes es lo que manda.
El relato radial nos sigue estimulando la imaginación, con estos generadores de imágenes a través de la radio.
Obdulio recuerda,
Obdulio son los Padres
Obdulio agradece a los (pocos) lectores de este blog y sus críticas constructivas para mejorar los contenidos.
Obdulio cita sus fuentes:
https://lagalenadelsur.wordpress.com/2018/02/12/breve-historia-del-relato-deportivo-en-uruguay/
https://www.elpais.com.uy/informacion/siglo-futbol-radio.html
El nombre correcto es Ignacio Domínguez Riera. Y grabaciones de los primeros tiempos de la radio en Uruguay, no existen. Saludos Horacio Nigro Geolkiewsky/La Galena del Sur.
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Muchas gracias por la aclaración Horacio, será corregido como corresponde. La verdad que el blog de La Galena del Sur está muy bueno! Saludos!
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Borre tranquilo mi comentario, una vez corrija. Saludos y gracias.
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No es necesario borrar cuando las críticas son para mejorar. Quedó resuelto el tema. Muchas gracias. Obdulio le envía saludos
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Pero, y avez mejorado… Además no fue crítica, fue solo una corrección en honor a la verdad histórica.
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