Uruguay 0 – Francia 1

Se cerró el año para la selección uruguaya con una nueva derrota, esta vez ante el Campeón del Mundo de visitante, en uno de los partidos más complicados que se pueden jugar hoy día.

Es la cuarta derrota consecutiva de la selección, aunque a diferencia de la doble Fecha FIFA disputada en Asia el equipo se mostró mejor en el aspecto defensivo, mejorando la imagen en ese rubro.

El partido contra los franceses tuvo puntos de contacto con aquel que jugaron por Cuartos de Final de la Copa del Mundo. Una vez que Francia se puso en ventaja, los voluntariosos uruguayos no encontraron los caminos para llegar al arco de Lloris, a quien no inquietaron en ningún momento.

El juego francés era muy claro: dominio de pelota, evoluciones con toques de primera, buscando a los laterales en velocidad. Cuando la pelota pasaba por los pies de Griezmann, encontraba la pausa necesaria al vértigo en ataque, soltando pases incisivos, como el que le puso a Mbappé a espaldas de Laxalt que terminó con una gran tapada de Campaña en el mano a mano.

Los nuestros se pararon con un claro 4-3-2-1, donde delante de los 4 del fondo se pararon Valverde como eje central, Torreira a su derecha y Vecino por la izquierda, Bentancur se mostró más adelantado junto a Cavani, esta vez con jugando tan solo a 40 metros del arco. Arriba, con una mantita en las piernas debido al frío parisino se encontraba Suárez homenajeando al Llanero Solitario.

El plan era muy claro, y se repite casi de memoria: limitar al rival.

Pues esa parte del libreto salió bastante bien, básicamente porque las líneas se mantenían juntas y coordinadas, Bentancur se replegaba como cuarto volante para hacer tándem con Torreira en la marca por derecha, mientras que Valverde y Vecino cubrían el sector zurdo. Los dos de arriba, comprometidos con el equipo daban una mano en el desgaste defensivo también y le complicaban la noche al Campeón.

El problema era cuando todo eso funcionaba, porque cuando recuperábamos la pelota no teníamos mucha idea que hacer con ella.

Valverde se recostaba a la línea de cuatro para pedirla, y salir prolijo desde atrás, tocando y moviéndose rápidamente a modo de desmarque, pidiendo la devolución, pero ante tamaña rareza sus compañeros lo ignoraron, capaz que porque estaba vestido de blanco y pensaron que no era de Uruguay.

Ese primer toque prolijo el 80% de las veces terminó en un pelotazo de alguno de los de la línea de fondo buscando a Suárez, sin éxito. El otro 20% intentaban ser evoluciones, preferentemente por izquierda, cuando Laxalt otra vez demostraba que era el más peligroso jugando por uno de los extremos de la cancha, y logró desbordar un par de veces en el primer tiempo.

Difícilmente Obdulio logró contar 3 pases seguidos en posición ofensiva de los muchachos vestidos de blanco, y salvo un centro de Laxalt que rebotó y se fue por atrás del arco y un casi cabezazo de Bentancur, el primer tiempo se iba sin tiros al arco uruguayos.

Los franceses tuvieron al menos tres oportunidades claras de gol, las dos primeras en los pies de Mbappé, y otra tras un tiro libre donde el jugador francés encontró el cuerpo de un rival que impidió el gol, medio de casualidad.

Para el segundo tiempo los uruguayos dieron el paso al frente para arrimarse un poco más al arco rival, presionando más arriba en bloque, pero a los 6 minutos una gran jugada francesa terminó con el penal de Cáceres, a entender de Obdulio bien cobrado por el árbitro.

Giroud definió bien contra la derecha de Campaña que se tiró bien, pero no pudo.

Al igual que en Rusia, Uruguay no tuvo ideas para llegar a poner en apuros a Lloris.

Suárez y Cavani, dos de los delanteros más importantes del Mundo no tiraron al arco en una hora y media de fútbol. Eso indica bastante de la pobreza del juego ofensivo uruguayo al que no se le caía una idea ni por decreto.

El DT puso a De Arrascaeta, pero sacó al único que intentó algo distinto (convengamos que no reventar la pelota y desmarcarse es lo distinto. Obdulio andaba con niveles bajos de exigencia), y el muchacho del Cruzeiro vio como la pelota pasaba a 2 o 3 metros por encima de su cabeza.

Por momentos parecía que cerca de la defensa uruguaya habían instalado un par de catapultas, y desde allí salían las pelotas para «habilitar» a nuestros delanteros.

Griezmann metió una pelota espectacular por encima de la línea final uruguaya, y Campaña ahogó notable al delantero. Al igual que lo mostrado en el Mundial, es un equipo traicionero, que parece que no ataca pero que pega zarpazos en los momentos donde el rival cree que tiene las cosas bajo control.

También entró Jona Rodríguez, que mostró alguna cosa interesante por izquierda (con un par de desbordes alcanzó), y tuvo el único tirito al arco que llegó a manos de Lloris, tras gran pase de Cavani (no solo le pedimos que baje a defender, sino que también tiene que habilitar a otros).

Tabárez se guardó el tercer cambio sin poder evaluar a algún otro jugador.

Por suerte no entró Lodeiro.

Y así se fue el partido, con el control franchute y la inoperancia celeste.

En conclusión, queda como positivo la recuperación de la intensidad defensiva con el debut de nuevos valores que dieron el tono ante dos rivales top. En la columna del «debe» queda la incapacidad ofensiva, basada en una escasísima generación de fútbol, que entre otras cosas, se debe a que no tenemos volantes externos que logren hacer un desborde y darle un pase a nuestros delanteros con la pelota entre ellos y el arco.

Mientras sigamos esperando que Suárez o Cavani reciban una pelota de espaldas a 30 metros del arco, se den vuelta y hagan su jugada mágica como contra Portugal en 2018 o Inglaterra en 2014 cada vez que nos enfrentamos a las selecciones «top», difícilmente logremos dar ese salto de calidad extra, que nos permita estar en la elite de la elite.

El proceso Tabárez parece haber encontrado su límite, ese que indica que se puede ser competitivo contra todos los equipos, pero que hay una serie de partidos en las que el equipo parece limitarse en ataque, da el paso atrás y tiene que esperar a recibir un gol, para en una de esas encontrar un empate heroico que alimente la mística de la camiseta celeste, o quedarnos con el que «perdimos dignamente».

Sin mucho más para comentar, Obdulio les deja el unoxuno parisino:

CAMPAÑA: Buen partido del «12». Seguramente alguno de nuestros lectores se acordaron de Obdulio al verlo vestido de verde manzana. Obdulio se acordó de ustedes también.

SUAREZ: Es de los casos donde se nota lo que el DT transmite al equipo, y el Zorrito sacó todo lo bueno de su potencial futbolístico gracias a jugar tranquilo y confiado de su capacidad, sin la necesidad de los excesos que dos por tres tiene en Defensor.

MENDEZ: Otro buen partido del muchacho de Wanderers. Ni nos acordamos de la ausencias de Josema y Godín. El puesto de zaguero seguirá cubierto en Uruguay, y Obdulio está tranquilo.

CACERES: Otra vez demostró que es un gran zaguero.

LAXALT: El rival intentó atacar por su lado evitando sus avances por izquierda, limitando bastante su juego. Le puso ganas.

VALVERDE: Toca a ras del piso y se desmarca. Mijo, con esa actitud vas a comer banco más seguido.

TORERRIRA:  De los «5» que pega una de entrada para ablandar al rival y calmar la ansiedad del partido, para luego hacer bien su trabajo en defensa.

VECINO: Flojo match, una vez más.

BENTANCUR: Con esos zapatos color salmón arranca -10 en la consideración de Obdulio. Es otro de los que trata bien a la pelota, aunque sin profundidad. Con un quite espectacular sobre Griezmann en la hora no compensa el flojo desempeño.

CAVANI: Sólo porque estaba jugando ante gente que lo ve semanalmente jugar por la Liga francesa el DT tuvo la delicadeza de no ponerlo a volantear por derecha o izquierda (supongo). Los franceses se deben preguntar como ese tipo que juega en algún puesto alejado del arco rival en Uruguay es el goleador de su Liga.

SUAREZ: No le dio ni para pelearse con los rivales. Bueno, sería muy poco inteligente hacerse el vivo con esos morenos grandotes. Suarez inteligencia.

DE ARRASCAETA: Vio como la pelota orbitaba por encima de su cabeza.

JONA RODRIGUEZ: Aprovechando su oportunidad. Con 2 desbordes y un tiro al arco hizo demasiado.

Seguramente el DT haya sacado sus conclusiones. Los resultados no han sido los mejores, aunque esperamos que la cosa se revierta cuando lleguen los partidos por los puntos.

Se fue la última fecha FIFA del año, y Obdulio se despide hasta 2019 cuando La Celeste vuelva a las canchas. A todos quienes han seguido los comentarios de Obdulio, gracias por la compañía.

Obdulio seguirá con sus informes pretenciosos tratando de hablar de otros temas que rodean a la pelotita. Los esperamos por aquí, y gustosos recibimos sus comentarios y sugerencias. No sea tímido y escríbale a Obdulio. Parece amargo, pero es buen tipo.

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