La actuación de un golero puede pasar desapercibida en un partido, o puede adquirir protagonismo sólo por dos vias: el elogio o el insulto.
El tipo pudo haber tapado 2 mano a mano, descolgado todos los centros a la perfección, pero si en la última pelota se le va por abajo de la panza en un tiro libre, como le pasó a Luis Arconada en la final de la Eurocopa de Naciones en 1984, seguro nadie se va a acordar de sus méritos previos, ni que el 9 del cuadro haya errado 2 goles con el arco libre.
Bueno, también apellidarte Arconada y ponerte los guantes es como tentar a los Dioses del Fútbol para que hagan de las suyas en el peor momento.
Los momentos donde el arquero aparece como protagonista define su etiqueta, y es así que encontramos goleros «salidores», «atajadores», «voladores» o «sobrios» entre la gama standard de etiquetas. A veces los goleros se destacan en varios de esos rubros y pasan al rubro de los «completos».
Pero hay un momento donde el golero de un equipo tiene todas las de perder y es cuando más se espera de él, porque entre un gol casi seguro y la pelota estará él para cubrir los 7.32m x 2.44m de espacio disponible en el arco: el tiro penal.
En base a atajar penales clave, ya sea durante el tiempo regular de juego o en la definición por penales los arqueros se ganan el mote de «atajapenales», y eso en algunos casos catapulta sus carreras. A entender de Obdulio, el caso más evidente de lo que tenemos en la vuelta fue el de el argentino Sergio Goicoechea, un arquero físicamente privilegiado, con gran poder de reacción para atajar penales en momentos clave, como en su selección en el Mundial de Italia 90.
En la historia de los Mundiales a Uruguay le patearon penales en varias ocasiones, y sólo Fernando Muslera fue capaz de atajar. De hecho, atajó 2 en la recordada definición contra Ghana, aunque quien se llevó todos los elogios fue el «Loco» Abreu.
En Uruguay, pocos arqueros se han destacado exclusivamente por ser «atajapenales». Tal vez quien más se acerca a esta clasificación es Jorge Seré, recordado arquero de Nacional.
Obdulio recuerda arqueros que pasaron por nuestro fobal, y tuvieron su momento de gloria en una definición por penales, ordenados alfabéticamente para no hacer innecesarias valoraciones.
Siguiendo las reglas de la casa, el goalkeaper debió haber jugado en la selección uruguaya, que es de quien hablamos generalmente en este mediocre espacio deportivo (deportivo = fobal).
FABIAN CARINI
Jugador de la cantera del Danubio FC, apareció ante el gran público en las selecciones juveniles sub 17 y sub 20 dirigidas por Víctor Púa, en los oscuros 90s. Poseedor de un sentido de la ubicación envidiable, Carini no precisaba hacer esfuerzos extremos para contener pelotas complicadas, algo que desmoraliza a cualquier rival.
En 1999, luego de destacarse en el Mundial Sub20 de Nigeria, tuvo una temprana oportunidad en la Copa América disputada en Paraguay cuando la AUF decidió contratar al DT argentino Daniel Pasarella. La AUF en otra de sus brillantes decisiones aceptó la exigencia del nuevo DT (básicamente no quemarse rápido), y designó al por entonces adorado Víctor Púa y sus jóvenes guerreros para disputar aquel torneo.
Carini fue clave en las definiciones por penales ante Paraguay en cuartos de final y Chile en semis. Aquella selección cayó en la final ante Brasil que tenía en sus filas a Ronaldo y Rivaldo, entre otros nenes.
Tras aquella consagratoria actuación, fue el dueño del arco de la selección uruguaya, jugando 2 Eliminatorias completas, 2 Copa América y el Mundial de Japón y Corea. En la primera rueda de las Eliminatorias rumbo a Sudáfrica errores no forzados provocaron su salida del arco de La Celeste, iniciando un desfile de goleros que derivó en la aparición de Fernando Muslera.

Fue arquero de Danubio, Juventus de Turín, Inter de Milan, Standard Lieja de Bélgica, Atlético Mineiro, Peñarol y Juventud de Las Piedras, entre otros equipos.
Según la web transfermarkt.com, que no incluye definiciones por penales, en su carrera le patearon 48 penales, de los cuales atajó 12, es decir, 1 de cada 4 del total.
FERNANDO MUSLERA
Surgido en el Montevideo Wanderers, Muslera se destaca por sus grandes reflejos, la habilidad para cubrir el arco con su 1.90m y capacidad de vuelo. Algunos detractores le achacan que «no sale del arco». Obdulio no le perdona la vestimenta.
En Sudáfrica 2010 atajó los únicos 2 penales que un uruguayo pudo parar en un Mundial y por eso Obdulio lo pone en esta lista. En 2011 le atajó un penal a Carlos Tévez en la definición ante Argentina en la Copa América 2011.
Wanderers, Nacional, Lazio y Galatasaray han sido sus equipos en primera división. Con la selección uruguaya tiene 105 partidos jugados que incluyen 2 Eliminatorias completas (más 4 partidos rumbo a Sudáfrica), 3 Mundiales, 1 Copa Confederaciones, 2 Copa América (una ganada en 2011) y la Copa América Centenario.
Por si le faltara algo, tiene dos récords de imbatibilidad en Mundiales, el primero batido a Mazurkiewicz en Sudáfrica 2010 con más de 3 partidos consecutivos invicto, batiendo su marca en Rusia 2018, acumulando minutos entre el segundo gol de Colombia en 2014 y el gol de Portugal en 2018.
En su carrera le patearon 58 penales y atajó 11, sin contar las definiciones por penales, donde ha demostrado tener un mejor promedio jugando por la selección.
JORGE SERÉ
Otro arquero surgido de la cantera del Danubio FC, tuvo su época dorada a finales de los 80s cuando ganó todo lo que se puso a su paso con Nacional entre 1988 y 1990. No era de gran estatura, pero con sentido de ubicación, reflejos y una gran potencia de piernas para el despegue, Seré era de esos arqueros catalogados «bueno bajo los palos».
En 1988 tuvo su momento de gloria en la definición por penales ante el PSV holandés, de la cual hoy se cumplen 30 años.
Tras 10 tiros penales de los holandeses, Seré atajó 3 (uno en la serie inicial y 2 en la definición de «uno y uno»), y pidió la volada para patear el décimo, sin embargo, la responsabilidad recayó en Tony Gómez.
Seré también atajó penales en la Recopa 1989, Supercopa 1989 y 1990, además de haber ganado la Interamericana de 1989.
Seré fue campeón de América en 1987 con Uruguay, y vice campeón en Brasil 1989, en ambas ocasiones como suplente. Integró el plantel rumbo a Italia 90, pero diferencias con el Maestro Tabárez respecto a su lugar entre los arqueros lo dejó fuera del plantel mundialista.
Jorge Seré jugó en el exterior en el Coritiba de Brasil en 1995. El resto de su carrera, iniciada en 1980 en primera, la hizo defendiendo a Danubio, Nacional, Liverpool y Rampla Jrs. Con la selección uruguaya disputó 10 partidos.
Probablemente hemos sido injusto con varios arqueros. Es lo que tiene cuando uno arma una lista. Si Ud recuerda a algún arquero como el «Pipa» Rodríguez de Cerro que atajó 4 en una definición de una Liguilla, compártalo con Obdulio que lo recibirá gustoso (igual ese no vale porque el «Pipa» no jugó en la selección).
Obdulio patea los penales fuerte y al medio,
Obdulio son los Padres