Las temperaturas bajo el cero se han instalado por éstas tierras en pleno invierno y la nieve acecha desde la tarde, mientras allá en el Sur los muchachos menores de 20 años siguen jugando el Sudamericano de la categoría en el calor agobiante del verano.
El público, mayoritariamente venezolano, esta noche le pudo dar color a las tribunas. Es que el caribeño le pone una sonrisa a todo, y los venezolanos no son la excepción (por más que griten «ole» desde el minuto 11 de partido).
Los equipos se pararon en el campo demostrando las intenciones que sin muchas variantes iban a ofrecer durante todo el juego. Los de celeste con la pelota y la iniciativa, pero sin mucha profundidad, mientras que los vino tinto trataban de controlar el ritmo del partido en base a disciplina táctica y aprovechando las pocas oportunidades en ataque.
Pero como Obdulio no puede resumir el partido en un sólo párrafo porque no tiene esa capacidad de síntesis, tratará de comentar lo que vió esta noche en éstas líneas de trasnoche.
El primer tiempo se quebró rápido con el gol de Venezuela a los 9, tras un tiro libre alto, largo, que hipnotizó a toda la defensa uruguaya, arquero incluido, y mientras todos miraban boquiabiertos al cielo, Makoun hacía una de Bruce Lee para impactar la pelota en la nariz del arquero y poner el 1-0 parcial.
Algo positivo en el juego uruguayo es que no revientan la pelota. Sin embargo, el traslado se hace anunciado y rengo. El traslado es lento, por lo general con Zalazar llevándola demasiado y buscando solamente el sector de Busquets, que se ofrece en ataque por derecha.
Schiappacase una vez más a kilómetros del arco contrario, abosrbido por el mediocampo rival que lo escalonó muy bien. Acevedo tuvo lo más claro del primer tiempo desde afuera del área, pero le erró al arco. Núñez, tuvo la suya y le erró a la cancha.
El segundo tiempo empezó con la iniciativa uruguaya, pero sin lograr profundizar demasiado salvo un par de incursiones de Schiappacase por izquierda, que avanzaba sólo a impulsos personales.
Enseguida se frenaron, tras un centro parecido al del gol donde la reacción del arquero demostró una vez más que no era su noche. En esta ocasión tuvo suerte, porque tras rechazar con los puños una pelota que pedía otra defensa, ésta dio en la cara de un venezolano a metros del arco, y se fue apenas ancha por la línea de fondo.

El partido entró en el roce, la charla, el empujón, la cortita y el golpe innecesario intentando demostrar ser «más hombre». Muchachos, apenas si les crece la barba a muchos de usedes. Dedíquense al fobal, que además los venezolanos estaban grandes.
Núñez, con menos consistencia que un aguaviva, exasperaba a Obdulio que veía incrédulo como ese muchacho seguía justificando minutos en cancha. Seguramente el DT ve algo en la cancha que por TV no se puede ver. Y debe ser algo bastante bien escondido, porque es el cuarto partido que nos preguntamos qué carajo justifica su titularidad.
Sosa, el número 10 de Venezuela complicaba por izquierda a Elizalde, que ya estaba amonestado. Coito lo sacó y puso a Araújo para pelearse con todo lo que estuviera a un radio menor a 10 metros.
El partido se le iba a Uruguay que apenas sacudía las manos del arquero una vez, y en base a centros encontró la forma de arrimarse ante una defensa que no se mostraba firme en ese rubro.
Los defensores impulsaban desde atrás, Acevedo se multiplicaba en el medio para marcar y Zalazar, pese a trasladar demasiado la pelota, era el más claro a la hora de pasar.
Coito se acordó que tenía a Boselli en el banco y lo mandó a la cancha, y éste empezó a complicar al rival por la derecha del ataque. No sea que se junte con Schiappacase y se combinen bien.
El empate uruguayo llegó tras una falta cercana la área, que Boselli mandó con zurda al borde del área chica donde Acevedo atropelló y le embocó al arco.
1-1, !al fin!
A Venezuela no se le caía una idea en ataque y se diluía en tres cuartos de cancha, mientras que en defensa provocaban que la pelota le llegara a Núñez, que se marcaba solo.
Para destacar en el partido:
Por el lado de Venezuela a Sosa, el 10, guapo, encarador, potente, y a Vargas, rápido, habilidoso y número puesto para que lo revienten a patadas después de un par de enganches acompañado de risita burlona.
En Uruguay, Acevedo y Zalazar mostraron el rendimiento más parejo. Schiappacase tiene momentos donde parece que los acalambra a todos a velocidad, pero se apaga por un rato largo, seguramente buscando en el GPS la ubicación del arco rival. A entender de Obdulio, Boselli merecería más minutos en cancha.
Empate ante el primero del otro grupo de primera fase, en un partido duro, sin muchas chances de gol y muy conversado. Por primera vez se recupera un resultado adverso. Parece una tontería, pero Obdulio lo pone en el casillero de los puntos a favor.
Comprendiendo la irregularidad de los jugadores de esta edad, Obdulio está convencido que pueden dar un poco más, al menos que alcance para clasificar al Mundial.
Decirle a Ud que esta selección está para salir campeón sería engañar al lector y vender humo innecesariamente en la primera fecha. Guardemos esas cosas para más adelante, por favor.
En los otros dos partidos, Ecuador le ganó a Argentina 2-1 y Brasil y Colombia se despacharon con un 0-0 para la alegría de los presentes.
La tabla y el fixture de Uruguay, a continuación
Obdulio opina,
Obdulio son los Padres