Obdulio estuvo viendo el partido que se jugó en el Campeón del Siglo, y por supuesto tiene cosas para decir, empezando por Kevin Dawson que volvió a su vestimenta DE NEGRO, como corresponde.
El partido terminó con un resultado contundente, tal vez un poco amplio a juzgar por lo que Obdulio les contará a continuación, pero como solemos decir, lo que cuenta es la cantidad de veces que entra la pelota en el arco rival, y no lo que el mereciómetro indique.
Rampla Jrs llegó con la intención de robarle la pelota a su rival y desde los pies de Juan Albín controlar el juego, cosa que logró por momentos en el partido, apoyado por el flaco Fernández y Vega, de buen primer tiempo.
Pero Peñarol avisó al minuto con un tiro a distancia del Toro Fernández, salvado muy bien por Odriozola.
El ritmo del partido parecía estar marcado por los Picapiedras en base a la tenencia, pero Peñarol era peligroso cuando se soltaba a velocidad, y a los 11 Gastón Rodríguez, que hoy vino en modo «quiero jugar al fútbol», le metió un gran pase de primera a Fernández que quedó mano a mano y por la ficha con Odriozola. El Toro definió de cara externa de pie derecho desde la media luna dejando de estatua al golero.
Rampla tuvo el empate en los pies de Vargas, pero Dawson cumplía con su cuota de atajadas salvadoras a los 14 minutos de juego. Los rojiverdes insistían en base a evoluciones por derecha, aprovechando los huecos que dejaban los volantes externos carboneros a sus espaldas.
Albín mostró un gran nivel futbolístico y físico, cortando un contragolpe muy peligroso al borde de su área. Otra cosa que destaca en Albín es su bronceado. Parece que tanto él como Toresani, su DT, exigieron en su contrato el mismo canje de cama solar. ¡Mamita! Envidia para Julio Ríos.
Después de los 30 Peñarol volvió a volcar el partido a su favor, y en base al juego por las bandas se arrimaba con peligro. El tandem Canobbio-González era de lo más peligroso del partido.
Sobre el final llegaron dos o tres oportunidades más para Peñarol que terminaron con un par de buenas intervenciones de Odriozola, una achicándole las opciones de definición a Canobbio tras gran jugada con Fernández, y un cabezazo de Lema que mandó al corner. Brian Rodríguez, poco tímido para encarar y tomar decisiones, cerró la primera parte con un tiro peligroso apenas afuera.
El primer cuarto de hora del segundo tiempo fue todo de Rampla, arruinado por fallas en la definición y la atajada de Kevin Dawson tras una pelota que se desvía en el camino. Según un amigo de Obdulio que escribe desde Irlanda «Dawson pide selección». Si Kevin impone la vestimenta negra, Obdulio sale a juntar firmas. El golero de Peñarol se ha consolidado como uno de los grandes arqueros uruguayos.
Albín se desgastó en el despliegue, perdió su cuota de fútbol y Peñarol empezó a recuperar la pelota cada vez más lejos de su arco. A los 23 el partido se empezó a quebrar cuando Novick recupera cerca del área rival y se la deja a Brian Rodríguez que con tiro potente le venció las manos a Odriozola.
Melazzi, que se ve que se tiene tremenda fe, discutió con Lema y se ganó la amarilla. Una jugada más tarde al segundo gol se regaló y vio la roja. Ostojich, de mal arbitraje, seguramente escuchó algo y no dudó en amonestarlo por segunda vez. Fue el cierre del juego, porque a Rampla el arco rival le quedó muy lejos.
Gargano no logró imponer su ley 11 contra 11, porque Rampla controlaba bien el medio, pero ya con cancha abierta, aparecieron los espacios y la diferencia fue abismal.
Hernández con tiro seco de afuera del área puso el 3 a 0, y Gastón Rodríguez redondeaba un buen partido eludiendo al golero para el cuarto (había errado uno minutos antes). Peñarol abrumó al rival a velocidad y en número de Rodríguez.
El quinto fue del debutante Acevedo, que entró con buen pie y firmó la lotería a los 90 tras una jugada a velocidad y buen manejo eludiendo a dos defensas y el golero. Tras el gol, el árbitro se apiadó de los Picapiedras y terminó el juego sin adición.
Rampla pecó de su falta de profundidad en ataque, dominando a Peñarol en buena parte del juego. La goleada resulta un poco injusta por lo visto en 60 minutos de partido. El equipo del Cerro carga 9 goles en su canasta tras dos partidos en el arranque del campeonato.
Peñarol aguantó el temporal del inicio del segundo tiempo (ya me había gastado «lluvia de goles» en el partido anterior), y luego que encendió las turbinas fue incontrolable. Arranque ideal tras dos juegos muy trabajados, pese que el resultado final del partido de hoy diga otra cosa.
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