Los Juegos Panamericanos no cuentan con el nivel máximo de los Juegos Olímpicos, pero nos permite prestarle atención a disciplinas que sólo miramos en este tipo de eventos.
Es así que luego de un rato de gimnasia masculina, donde los brasileños Caio Souza y Mariano Nory dominaron en el acumulado sobre el resto, Obdulio se dispuso a ver el partido de Uruguay contra el local, Perú.
El marco de público en el Estadio San Marcos ofrecía el soporte acorde al torneo (sólo porque jugaba el local), y a la cancha salió la Celeste sub-23 con el escudo del Comité Olímpico y una mezcla de jugadores del medio local y otros del exterior, que tratan de aprovechar la oportunidad de agarrar ritmo previo al inicio de la temporada 2019-2020.
Uruguay, que defiende el campeonato logrado en Guadalajara 2015, se plantó firme ante una pobre expresión futbolística local y marcó la diferencia en buena parte del partido.
Basados en una presión efectiva encabezada por Ginella y Waller, los dos volantes reguladores del juego uruguayo, La Celeste le cerró todos los caminos a Perú desde el arranque.
A los 6 minutos Darwin Núñez conectaba de cabeza el centro de Fernández, confirmando su gran momento, dejando atrás las críticas que desde este teclado le hemos dedicado.
El primer tiempo transcurrió entre la impotencia del local que no lograba perforar la defensa celeste, y las zancadas de Núñez, que a velocidad marcaba la cancha como puntos suspensivos sobre el césped artificial de San Marcos.
Si le faltaba algo al «9», a los 36 aprovechó una gran recuperación de Ginella y le dio un pase impecable a Leo Fernández que de primera definió para poner el segundo gol.
Para destacar en Uruguay:
- Mele, que vistió de NEGRO para celebración de Obdulio (también tuvo oportunidad para destacarse con una volada impecable en un tiro libre).
- Centrales mal afeitados
- Un capitán con brackets y cara de bueno
- «Tapabocas» Núñez (así lo bautizó el amigo irlandés de Obdulio)
Además de los destacados players, Obdulio tuvo tiempo para encontrar en el DT uruguayo una combinación física entre José Pékerman, Enzo Francescoli y el Piñe, reflejando claramente la tranquilidad con la que transcurría el partido para los nuestros.
Sí, Obdulio se aburrió de ver levantamiento de pesas y se puso a buscar las fotos de los parecidos en el entretiempo.
El segundo tiempo contó con la iniciativa local, que le trajo algún calor a los defensores uruguayos, pero nada que inquietara con seriedad a Mele.
Núñez siguió siendo el jugador más peligroso, que a pura velocidad sacaba ventaja jugando desde el centro a la izquierda, ganando por arriba también. Martínez, el de Liverpool, hizo el trabajo complementario, que no lució en el marcador, pero fue efectivo para el equipo.
Montes, el sub 23 de Perú con cara de jugador al borde del retiro, tuvo de las suyas por arriba, pero carentes de puntería.
El impulso peruano duró 25 minutos, y los espacios comenzaron a aparecer para Uruguay, que con pelotazos en profundidad alejaba el peligro de su arco, trasladando responsabilidades a la defensa rival.
El juego se fue entre la búsqueda del tercero de Uruguay y los golpes recibidos por el pobre Waller que las ligó todas.
Núñez, el destacado de Obdulio en La Celeste y Cáceda (el arquero) en el local.
Fernández fue otro de los que se destacó a pura habilidad, pese a fallar un penal a los 86, notablemente atajado por el golero peruano.
Tres puntos para arrancar con buen pie, derribar una vez más la mentira de los nervios del debut y declararse como favorito para la medalla de Oro (lo digo sin ver un sólo minuto del resto de los partidos, por supuesto).
Obdulio vuelve así a la cobertura de los partidos, siguiendo a La Celeste donde sea que juegue, en la categoría que sea (siempre que sean mayores de edad).
Obdulio Panamericano,
Obdulio son los Padres