El campeonato uruguayo está llegando a su final y las cosas parecen ser las de siempre; los grandes definen el título y los hinchas necesitamos un manual para comprender los reglamentos que salieron de las brillantes mentes que arman los torneos.
En la temporada 2017 surgió la idea de hacer un torneo extra para darle más partidos a los equipos y de esa forma estirar un poco la actividad local que se limita apenas a treinta partidos.
Fue así que surgieron ideas como una «Copa Uruguay» con equipos de la B y del interior y otras opciones que le daban el atractivo de jugarse en todo el país e integrar más a nuestro metropolitano sport con el resto del territorio.
Obdulio está seguro que algún equipo planteó que viajar a Paysandú sería un esfuerzo poco rentable para su club y allí empezó a decantar la idea en la aberración del «Torneo Intermedio», que está ligado al calendario del campeonato uruguayo pero ganarlo no implica nada a la hora de la definición de la temporada.
Como vimos en el post Fútbol y matemática: un picadito de números, los equipos fueron ordenados de tal modo que el campeón del Torneo Apertura juegue su serie contra los equipos más difíciles, no sea que tenga algún privilegio, mientras el segundo juega contra los más sencillos.
Para colmo, el año pasado El Tanque Sisley decidió no jugar el campeonato y dejó a la Liga con número impar de participantes así que el Intermedio se jugó con una serie de ocho equipos y otraa de siete. La AUF contrató a una consultora para que determinara la forma más justa a nivel matemático para nivelar a los equipos que tenían menor cantidad de partidos jugados y competían por una misma tabla acumulada.
Si ahí no se dieron cuenta que habían armado algo poco atractivo y a su vez antideportivo que había que eliminar de inmediato todo lo que pueda venir después no sorprende. Obdulio les sugiere que cambien la marca de whisky que toman para empezar a probar cosas que puedan estar afectando sus capacidades cognitivas.
Los hinchas de Liverpool que festejaron su primer título en el profesionalismo tras ganar el Torneo Intermedio obtuvieron dos premios: la clasificación a la Supercopa Uruguaya y a la Copa Sudamericana. La Supercopa es un campeonato inferior al Uruguayo y Liverpool clasificó a la Libertadores por su posición en la tabla acumulada (la Tabla Anual) o sea que no puede «cobrar» su premio porque tres meses después ganó algo mejor.
El año pasado el Club Torque estuvo a punto de jugar la Supercopa y la Sudamericana (jugó la final del Intermedio contra Nacional, perdiéndola) y el equipo terminó descendiendo luego de acumular menos puntos en los promedios del descenso.
Como notarán, a nuestros cerebros de los calendarios se les ocurren ideas cada vez mejores para empeorar las cosas.
Pero esto de empeorar y hacer cada vez más complicadas las cosas y terminar haciendo un «fútbol de autor» sólo para entendidos no es algo nuevo.
Desde 1994 en Uruguay se juega el Campeonato Uruguayo dividido en dos torneos principales, el Apertura y el Clausura con una premisa sencilla, el que gana los dos campeonatos se lleva la Copa Uruguaya y si los ganadores son diferentes juegan una final entre sí para determinar el campeón.
Pasaron cuatro temporadas casi completas para que nuestras mentes brillantes se dieran cuenta que un día podía pasar que un equipo distinto al ganador al de los Torneos cortos sumara más puntos en el acumulado del año.
Si salpimentamos eso con la posibilidad de que Peñarol pudiera ganar su segundo quinquenio nos encontramos con que el fútbol en los escritorios pasara a ser más importante que el de la cancha.
Nacional y Defensor Sporting fueron los ganadores de los Torneos cortos, pero Peñarol sumó más puntos, así que para que no se incendiara todo decidieron sobre la marcha que el ganador de la Anual iba a jugar una semifinal con el peor ubicado en esa tabla acumulada de los ganadores del Apertura y Clausura. El resultado lo conocemos todos.
Pasaron los años y hubo ideas muy creativas como un «Torneo Clasificatorio» que se jugaba a principio de año y acomodaba a los equipos del campeonato en dos series, una por el campeonato y otra por el descenso, condenando a la mitad de los equipos a jugar la mayor parte de la temporada contra los peores evitando no desdender. Muy estimulante y lucrativo, sin dudas.
La aberración ésta se terminó cuando Nacional estuvo a punto de caer en el campeonato por el descenso y nuestros creativos se dieron cuenta que eso era un balazo en el pie para la supervivencia del fobal local.
El ridículo de las definiciones pareció haber tocado el cenit de las estupideces cuando Nacional y Defensor Sporting jugaron cinco veces para definir el Campeonato debido a que Nacional le ganó una seminfinal a Defensor para luego volver a jugar una final contra Defensor y luego definir otra vez en otra serie de finales que parecían no terminar más. Solo en Uruguay las semifinales y finales se juegan entre los mismos equipos.
Allí se dieron cuenta que las semifinales y finales eran muy poco atractivas así que se les ocurrió cambiar por algo mejor.
Determinaron que de haber una definición, el equipo mejor ubicado en la Anual correría con la ventaja de liquidar todo en un partido que dependiendo de quien lo gane es una «semifinal» o «final», y ese detalle también afectaba a los clasificados a las copas internacionales, porque si las cosas se definían en la «semifinal» el perdedor no era el «vicecampeón uruguayo» (porque técnicamente no perdió una final) salvo que haya sido el mejor ubicado en la tabla anual detrás del primero.
Si Ud. soportó hasta aquí Obdulio le agradece la paciencia y le pide un extra porque viene lo mejor.
Con más de veinte años de experiencia en como hacer las cosas cada vez peor nuestros genios de la organización se inspiraron en San Entrevero y se despacharon con este campeonato que padecemos todos. Incluyo entre los genios a los dirigentes que levantaron su mano para votar esto y a los que no organizaron una protesta para advertirnos de tamaño disparate. Por acción u omisión son todos responsables.
Fue así que decididieron mantener el Torneo Intermedio pero se dieron cuenta que habían sido afortunados durante dos temporadas porque quienes definieron el campeonato habían ganado un Torneo corto cada uno y estaban despegados en la tabla Anual o las combinaciones de resultados no dejaban nada en el limbo de las interpretaciones reglamentarias.
Y conste que no me meto en el tema de la Tabla del Descenso, que como todos sabemos es un seguro creado por los equipos grandes para no descender luego de una mala temporada.
LA DEFINICIÓN ACTUAL
El Campeonato Uruguayo 2019 está llegando a su final y como cada año NADIE sabe muy bien a qué juegan, cuándo juegan y si el que levanta la copa se tiene que poner a festejar o no porque siempre habrá algo más que deba ganar para quedar contento.
El miércoles 11 de diciembre Peñarol y Nacional jugarán una final para definir el Torneo Clausura. Hasta ahí todo bien, pues ambos terminaron empatados y desde el inicio se sabe que esto no se gana por diferencia de goles sino que se juega una final.
El asunto es que Peñarol ganó el Torneo Apertura y cualquier ciudadano común podrá entender que si el aurinegro gana el Clausura se termina todo ahí, pero se olvida de un pequeño detalle: el Torneo Intermedio, ese que no sirve más que para «darle más partidos a los equipos» posibilita a que un equipo sume más puntos en la Tabla Anual.
Así que no se apure y trate de seguir a Obdulio que intentará explicar esto y tener más éxito que los profesores de matemática cuando en el liceo nos explicaban como utilizar la «Tabla de logaritmos» de Copetti.
Estado de situación
Nacional ganó la Tabla Anual, Peñarol el Torneo Apertura y ambos terminaron empatados en el Clausura.
Definición del Campeón del Clausura
Se juega un único partido. De no haber un ganador en los noventa minutos hay alargue y si siguen empatados definen por penales.
DEFINICIÓN DEL URUGUAYO
Si Nacional gana el Clausura
Se juega un partido que es considerado como «semifinal» para Peñarol y «final» para Nacional. Esto ya parece ridículo, pero hubiese sido importante si otro equipo hubiese terminado por encima de Peñarol en la Tabla Anual (además de Nacional). Por suerte no pasó y me ahorro más explicaciones.
Si Nacional gana este partido será campeón uruguayo.
Si el partido lo gana Peñarol, o sea si gana la semifinal, los equipos se volverán a ver las caras en la «final del fútbol uruguayo» que se define en modo partidos de ida y vuelta (que se juegan en el Centenario). El que más puntos obtenga es campeón. En caso de empate gana el que tenga mejor diferencia de goles (supongamos que uno gana 1-0 y el otro 2-0), y de persistir el empate se van a un alargue y posteriores penales en caso de ser necesario.
Si Peñarol gana el Clausura
No corre el tema de la «semifinal» porque al ganar los dos Torneos cortos le anula el beneficio en la definición a Nacional y se van derecho a la «final del fútbol uruguayo» con la definición explicada líneas arriba para determinar el campeón.
Espero que se haya entendido, y si no lo entendió no lo culpo.
Todo este entrevero se le suma a calendarios armados a último momento, equipos que no saben si participan hasta media hora antes de sortear el fixture, partidos fijados a determinadas fechas pero que se suspenden por el clima, reclamos gremiales, imprevisiones del tipo «no esperábamos que hubiera un desempate y tenemos que jugar los partidos de noche pero no todos tienen las canchas con red lumínica artificial así que habrá que esperar al fin de semana para jugar de tarde, pero el fin de semana que viene hay elecciones entonces tenemos que suspenderlo hasta el otro así esto pierde atractivo y a nadie le importa quien gana, pierde o si se juega» y un largo etcétera.
Después me pregunto por qué Obdulio no comenta más partidos del fútbol uruguayo.
Obdulio clasifica derecho a las finales,
Obdulio son los Padres