A 25 años del último festejo de la Copa América en Uruguay, repasamos el post que dedicáramos a este campeonato.
Pase, vea y recuerde.
Luego de las ediciones de Chile 91 y Ecuador 93, ganadas por Argentina (La Celeste no figuró), Uruguay se enfrentaba a la responsabilidad de defender el invicto en casa, una vez más.
«Este es un tiempo muy especial,
un supermomento de felicidad»
Así iniciaba la canción del Pájaro Canzani dedicada a La Copa América de 1995, que junto a otra canción llamada «Chibidón», el único inglés amigo de los indios, sonaron hasta el hartazgo en aquel invierno del 95.
Con la dirección técnica de Héctor «Pichón» Núñez, el DT uruguayo con acento español y ánimo conciliador, La Celeste salió a la cancha a disputar una nueva Copa América.
«El fútbol es el arte de mi país
arte que se vive con sinceridad
su fruto es dulce y dorado como el maíz
y crece bajo el sol de la fraternidad»
URUGUAY 1995
Como decía la canción, era «un tiempo muy especial». La selección parecía haber superado la tormenta de los «repatriados», Cubilla y Paco.
La Copa por primera vez saldría de Montevideo para recibir partidos en el Campus de Maldonado, El Parque Artigas de Paysandú y el Atilio Paiva Olivera de Rivera.
Obviamente, el Estadio Centenario fue el escenario de los partidos de Uruguay, mientras que su serie se complementó en Maldonado, donde además se jugó un partido semifinal y el match por el tercer puesto.
En Rivera encabezó la Serie Brasil, mientras que Argentina lo hizo en Paysandú, siendo ambas selecciones «locales» en esos estadios.
«Este es un tiempo muy especial
un supermomento de felicidad
la fiesta del pueblo, de pueblos hermanos
del fútbol latino y el americano
tenemos que ganar, desde el Uruguay
el corazón de todo el mundo»
Desde la Copa América previa, en Ecuador, el número de participantes subió a 12, excediendo los afiliados a la CONMEBOL. México y Estados Unidos fueron las selecciones que se sumaron a la fiesta en 1993. México llegó a la final.

Para 1995, se quiso hacer algo más «iberoamericano», y se pensó en invitar a España y Portugal (viendo la aberración de tener a Japón y Catar en 2019, invitar a esas selecciones europeas parece una buena idea).
«Todos goleando, es tu Copa de América»
Con la idea de incluir a España fue que surgió «Pepe» el torito mascota de la Copa. Pero los ibéricos no vinieron y se decidió por repetir a los invitados de la Copa anterior.

El grupo de Uruguay tenía a Venezuela, Paraguay y México (otra vez mandaron al muchacho con guantes insensible a las bolas frías en el sorteo), mientras que Argentina encabezó el grupo que tenía a Chile, Bolivia y Estados Unidos. En Rivera, Brasil compartió serie con Colombia, Ecuador y Perú.
«Un once de estrellas descubrirás
su nombre quedará tatuado en el cristal
con letras luminosas me lo gritarán
los muros y los pájaros de la ciudad»
La selección uruguaya se había empezado a armar un año antes, en un proceso de trabajo que parecía entregarnos lo que hacía tiempo no se sentía: tranquilidad.
Figuras consolidadas como Enzo Francescoli, Fernando Álvez, José Herrera, Marcelo Saralegui, Gustavo Poyet, Daniel Fonseca, Sergio Martínez y Rúben Sosa, se sumaban a jugadores del medio local como Pablo Bengoechea (otro de trayectoria), Diego Dorta, Tabaré Silva, Gustavo Méndez o Marcelo Otero.
De izquierda a derecha: Diego López cuando no se parecía a Pablo Echarri, Gustavo Méndez, Eber Moas y Alvaro Gutiérrez,
Como dato anecdótico, los montevideanos que no teníamos TV por cable no pudimos ver los partidos de Uruguay por TV abierta (sí el resto de los partidos). Los que teníamos familiares en el interior nos vimos algún partido por TV (me acuerdo de ver Uruguay vs Paraguay y Uruguay vs Bolivia en Minas), y si no teníamos la chance de verlo en el Estadio (como pude hacerlo en la final), había que seguirlo por la cantora.
«El cielo se abrirá como una alucinación
toda mi gente vibrará de emoción
en cada mirada habrá un rayo de sol
cuando el estadio entero grite gol»

El camino de Uruguay empezó con un trabajoso 4 a 1 en el debut contra Venezuela, un duro 1 a 0 contra Paraguay, que incluyó un golazo de Francescoli, mientras que con un equipo que mezclaba titulares y suplentes, se defendió el invicto histórico contra México, empatando 1 a 1 con un golazo de Marcelo Saralegui.
Brasil, el actual campeón del Mundo, ganó sin problemas su grupo mientras que Argentina se complicó más de la cuenta y terminó perdiendo su Serie al caer con Estados Unidos 3 a 0, llevándolo a jugar contra Brasil un inesperado partido por cuartos de final.

El 16 de Julio Uruguay venció a Bolivia con dificultades 2 a 1 con goles de Otero y Fonseca (cuando no, el «9» de Uruguay se lesionó en el momento del gol), mientras que Colombia y Estados Unidos consiguieron por penales su pasaje a semifinales al vencer a Paraguay y México respectivamente.
«Salve el artista, salve el campeón
salve celeste de mi corazón.
Toda la violencia se tira a la basura
se acaba el siglo XX, comienza otra aventura.
Yo tengo que ganar, tu tienes que ganar
el corazón de todo el mundo»
El partido en Rivera entre Brasil y Argentina (2 a 2) fue el mejor de aquella Copa en una gélida noche de Julio. El empate a 2 de Brasil derivó de una pelota que Tulio, el delantero brasileño, bajara claramente con la mano para definir luego ante el golero cerca del final del partido. En los penales ganó Brasil y así obtuvo su cupo para jugar contra Estados Unidos.
«Todos goleando…»

Uruguay hizo su mejor partido en semifinales, venciendo a Colombia 2 a 0 con goles de Adinolfi y Otero. La selección de Brasil por su parte, volvía a tener dificultades contra Estados Unidos, que venció por el mismo marcador que lo hizo en el Mundial del 94: 1 a 0.

Colombia ganó el partido del tercer puesto 4 a 1.
«Este es un tiempo muy especial
un supermomento de felicidad
la fiesta del pueblo, de pueblos hermanos
del fútbol latino y el americano
tenemos que ganar, desde el Uruguay
el corazón de todo el mundo»
El domingo 23 de Julio Uruguay y Brasil jugaron la gran final en el Centenario. El invicto que se defendía desde 1917 se pondría en juego por última vez contra el Campeón del Mundo.
La tarde estaba soleada y fui solo a ver el partido al Estadio.
Aquella caminata por Hocquart, la cortada hasta Garibaldi y el acceso a la zona del Estadio Centenario la había hecho varias veces pero con otra camiseta puesta.
Esta vez la Celeste nos unía a todos y yo tenía el lugar instalado en la Tribuna Colombes. Supongo que el camino desde Los Aromos (no existía el Complejo Celeste) hasta el Estadio debe haber sido emocionante para los jugadores.
Tulio, el villano de Rivera, puso el primer gol del partido en una rápida jugada brasileña sobre la media hora de juego. Tratando de evitar el gol, Tabaré Silva, lateral izquierdo uruguayo, tuvo fractura de tibia y peroné al chocar con el codo de Tulio que se cubría para no ser golpeado.

Uruguay en la final alineó a Fernando Alvez, Gustavo Méndez, Eber Moas, José Herrera, Tabaré Silva (35’ Edgardo Adinolfi), Diego Dorta (45’ Pablo Bengoechea), Álvaro Gutiérrez, Gustavo Poyet, Daniel Fonseca (45’ Sergio Martínez), Enzo Francescoli y Marcelo Otero.
Para el segundo tiempo, el DT puso a Pablo Bengoechea, que por aquellos tiempos tenía dominado el arte de los tiros libres como pocos. Una falta cerca del área a los 8 minutos sobre Marcelo Otero fue la oportunidad perfecta para el «10», que en la selección jugaba con el «8». El tiro libre dejó de estatua a Taffarel y Uruguay empataba un partido durísimo.
Bengoechea desde ahí no fallaba.
La última oportunidad la tuvo Brasil a través de un tiro libre de Roberto Carlos. Por un instante el Estadio permaneció en silencio pero el tiro se fue desviado.
Se fueron los 90, y al igual que la Copa del Mundo del año anterior, en Montevideo se definiría la Copa América por penales.
Francescoli, Bengoechea y Herrera anotaban para Uruguay con tiros certeros, que dejaron sin asunto a Taffarel, que pese a tirarse bien, se le hizo imposible atajar.
El tercer penal de Brasil lo tiró Tulio y los Dioses del Fútbol se encargaron de hacer justicia divina. Fernando Álvez volcó su cuerpo contra su derecha, el palo que eligió para sus cuatro penales, atajando la pelota con sus dos manos.

Al ver a Álvaro Gutierrez caminar hacia la pelota el público bajó las revoluciones del festejo del penal atajado. Probablemente el jugador con menor técnica de los posibles shoteadores (incluyendo a Álvez) era el encargado de confirmar la ventaja para Uruguay.
Gutierrez esperó la señal del árbiro ante el silencio del público y se dispuso a patear el penal, haciéndolo como cualquiera de nosotros lo hubiese hecho, un puntazo bien fuerte y al medio, ¡que joder!
Uruguay confrimaba la ventaja, y tras el cuarto penal de Brasil llegó el turno para Sergio Martínez.
«El Manteca», que los hacía con gran efectividad en Boca Jrs. aprovechó su momento de gloria cambiándole el palo a Taffarel. Uruguay se consagraba campeón de América por decimocuarta vez.
«Todos goleando, es tu Copa de América»
Marcelo Otero, con 3 goles, fue el goleador de Uruguay, que convirtió 11 goles en total y recibió 4.
Oscar Aguirregaray, Pablo Bengoechea y Ruben Sosa serían campeones por segunda vez, mientras que Enzo Francescoli se convirtió en el jugador con más Copas ganadas de la era moderna del fútbol uruguayo con tres (83, 87 y 95).
Uruguay terminó el Siglo XX invicto de local por la Copa América, siempre campeón, con 31 partidos ganados de 38 disputados, anotando 90 goles, recibiendo apenas 18.
El plantel de Uruguay:
Nelson Abeijón (Nacional)
Edgardo Adinolfi (River Plate)
Oscar Aguirregaray (Peñarol)
Fernando Alvez (River Plate)
Claudio Arbiza (Olimpia – Paraguay)
Pablo Bengoechea (Peñarol)
Rubén Da Silva (Boca Juniors – Argentina)
Diego Dorta (Peñarol)
Oscar Ferro (Peñarol)
Daniel Fonseca (Roma – Italia)
Enzo Francescoli (River Plate – Argentina)
Álvaro Gutiérrez (Nacional)
José Herrera (Cagliari – Italia)
Diego López (River Plate)
Sergio Martínez (Boca Juniors – Argentina)
Gustavo Méndez (Nacional)
Eber Moas (América de Cali – Colombia)
Marcelo Otero (Peñarol)
Gustavo Poyet (Zaragoza)
Marcelo Saralegui (Racing – Argentina)
Tabaré Silva (Defensor Sporting)
Rubén Sosa (Internazionale – Italia)
DT: Héctor Núñez
Todos goleando
Carlos «El Pájaro» Canzani, junto a Álvaro Gutierrez tocando la guitarra (de quien el DT uruguayo llegó a declarar «yo al Guti lo quiero hasta en la sopa»), se pasearon por TV cantando la canción de aquella Copa que acompañó con su letra este post y que seguro Ud. tarareó un poco. Si se hace el distraído y no se acuerda, Obdulio se la adjunta aquí:
A 25 años de aquella final, Obdulio saluda a los campeones.
Obdulio son los Padres
Obdulio cita sus fuentes:
Foto de portada: Twitter de seleccion uruguaya @uruguay
https://www.flashlyrics.com/lyrics/pajaro-canzani/todos-goleando-32
http://www.auf.org.uy/Portal/NEWS/7594/0/Aniversario_Copa_Am%C3%A9rica_1995/