La fórmula del éxito es un camino sinuoso y empedrado, a veces lleno de contradicciones. Nacional hizo todo lo que el «manual» dice que no hay que hacer: cambió dos veces al entrenador, no renovó contratos de jugadores quedándose con un plantel muy joven y en ningún momento demostró ser más que los demás a nivel de juego.
¿Cuál fue la diferencia con los demás? Un cordobés que llegó en silencio, con pocas oportunidades en su último club y que en las últimas tres temporadas ha demostrado ser por destrozo el mejor delantero del fútbol uruguayo: Gonzalo Bergessio.
Cualquier análisis que se pueda esbozar no puede esquivar la capacidad goleadora de un tipo que en las finales contra Rentistas hizo tres goles en cuatro chances que tuvo (la otra fue de penal y se la devolvió el palo, casi por despecho por tantas veces que la metió en el arco).
Podríamos sumar a Rochet, sin dudas desnivelante desde que se ganó el puesto, y apariciones puntuales en diferentes momentos del campeonato, como las buenas que tuvo Mejía en el Apertura, algo de Neves, un buen momento del Chory Castro y la primavera reciente de Ocampo.
Con eso le alcanzó a Nacional para ser el menos malo de todos y quedarse justificadamente con el campeonato y celebrar una vez más un «bi» en su historia.
La serie de finales entre Nacional y Rentistas es imposible de calificar como el encuentro de los mejores equipos del fútbol uruguayo (hay 22 puntos de diferencia reales entre ambos equipos), pero como ya hemos aclarado, no es culpa de Rentistas que a nuestras mentes brillantes de los calendarios se les ocurriera tamaño disparate organizativo desde hace 26 años.
En 180 minutos a Nacional le alcanzó con embocar cuatro centros para ser más que su rival.
Obviamente no fue un mero trámite de puntería a la cabeza de Bergessio o de Laborda sino el fruto de un buen trabajo colectivo resumido en los primeros minutos del primer partido. Presionando en la salida, apurando al rival y pegando temprano, Nacional nunca le permitió ser competitivo al «Renta» que se empantanó en los gritos desesperados de su DT (el meritorio Capuccio) y la impotencia de un equipo desarmado desde hace tiempo por sus propios dirigentes que apostaron a la recaudación y se olvidaron de la gloria (no los culpo).
El 3 a 0 de la ida fue lapidario y el «trámite» de la vuelta fue un juego de falsa expectativa de remontada. Desde que Ferreyra pitó el inicio de la revancha a nadie se le pudo cruzar por la cabeza que Nacional no terminaría dando la vuelta olímpica.
Rentistas le puso ganas, mucho corazón, entrega, rebeldía y fuerza. Pero para ganar los partidos se precisan goles y el que la mandó a guardar fue Bergessio sobre el final del primer tiempo con un cabezazo inatajable y permitió que sus compañeros empezaran a planificar los festejos con 45 minutos de anticipación.
Bien por Nacional que apostó a su cantera, aprovechó la oportunidad que le dio el resto que fueron demasiado irregulares y volvió a quedarse con el campeonato uruguayo.
Obdulio les agradece a todos los que en algún momento se dieron una vuelta por el blog y se sumaron a esta aventura de repasar fecha a fecha (salvo el intermedio) los partidos de nuestro querido fobal con comentarios y algo de información.
También le quiere dedicar este final de ciclo a don Flavio, gran bolso, uno de esos que siempre anda por aquí leyendo e intercambiando opiniones con Obdulio. En su nombre, a todos los que de una forma u otro leen este modesto espacio, muchas gracias.
Obdulio felicita a los campeones,
Obdulio son los Padres