Uruguay volvió a perder por la Eliminatoria sudamericana y completa una serie de cinco partidos donde apenas rescató un punto. Si sumamos esto a un par de partidos donde ganamos medio de casualidad y en la hora contra Chile y Ecuador no podemos dudar en decir que es la peor participación de los dirigidos por Tabárez en esta competencia.
Obdulio comenta la derrota en La Paz en las siguientes líneas:
El partido empezó muy tranquilo para los nuestros que se aprovecharon de la carencia boliviana para generar algo parecido a jugadas riesgosas y una vez recuperada la pelota se limitó a desplegar la «Táctica Newton», pegale para arriba que para abajo viene sola.
Con esa receta rústica (eufemismo que usan los cocineros para justificar las desprolijidades de sus platos) y algún intento a impulsos individuales, la celeste logró arrimar al arco de Lampe con la patentada del Maestro, pase largo de Muslera, peinada del Canario y Nández para definir en el entrevero, mal.

Para colmo a la siguiente jugada a Arce se le ocurrió tirar un centro fuerte, el pique aceleró la pelota y enlenteció a las manos flojas de Muslera que volvió a ser el villano de la película con un nuevo gol bobo.
Pero 15 minutos más tarde Vecino no quiso ser menos, erró un pase increíble, la mandó al córner y le dio a Bolivia la oportunidad de arrimar por esa vía, la única que había encontrado para generar algo parecido al peligro sobre el arco rival. El cúmulo de horrores del primer tiempo uruguayo lo completó Godín que perdió la marca de Martins que cabeceó notable y puso el segundo gol, lapidario.

El segundo tiempo sobró, Tabárez tiró a la cancha a once jugadores sin ningún orden, sacando a Piquerez y Vecino con la brillante idea de desbordar por izquierda con Cáceres. El Maestro decidió inmolarse con los muchachos que más de una vez le respondieron y ésta vuelta salió todo al revés.
Martins, que nos tiene de nietos haciendo goles en cada partido contra Uruguay se apiadó de nosotros tirando el penal a El Alto y estiró la agonía.
Arce a 12 del final ganó por arriba y puso el tercero con el que se completó una nueva goleada contra Uruguay.
Vamos al unoxuno antes que Obdulio se ponga a ver Colombia vs Paraguay:
MUSLERA: Responsable, una vez más, de un gol rival.
CÁCERES: De los menos malos de Uruguay. Del mismo modo que no conoce los velocímetros de los autos tampoco conoce los efectos de la altura. Terminó en su puesto del proceso: de lateral izquierdo.
JOSEMA: Pocote
GODÍN: Perdió la marca de Martins en el segundo gol. Su único aporte positivo fue vender bien la falta que le hizo Algarañaz para provocar la expulsión del ariete boliviano.
PIQUEREZ: Lo sacaron por la cagada en el partido contra Argentina. Otro que sale para que juegue Cáceres en su lugar.
VECINO: Se sacó solo en el entretiempo.
NÁNDEZ: Tuvo la más clara apareciendo como delantero y definió como golero. Flojo match.
TORREIRA: Una vida sin conocer lo que es la altura. Hoy no fue la excepción. El menos malo de Uruguay.
BENTANCUR: No se salva del desastre. Pobre partido
TORRES: No pudo desbordar a los laterales bolivianos.
ÁLVAREZ: Le puso ganas y tuvo el descaro de sacarse a un rival de arriba. No aprovechó el único pase casi decente que le hicieron en una hora y media de fútbol.
SUÁREZ: Una estaca en la altura
GIOVANNI: Si el DT intentó cambiar algo por derecha con sus subidas, pues no se notó la intención.
BRIAN: En la altura es más liviano. Al menos podemos comprobar que no sólo la pelota no dobla.
ARAMBARRI: Tuvo el descaro de patear desde lejos y embocarle al arco. Nada que reclamar.
JONA: Juega en la altura todos los fines de semana y entró faltando 15 minutos. No entiendo para qué lo llaman.
El entrenador dijo tras la Copa América que había detectado los problemas de la selección y que iba a trabajar para corregirlo. En la reunión con los dirigentes en octubre volvió a repetir lo mismo y parece que no logró dar en la tecla. Quizás entre tanta cosa que había en la vuelta, lo que parece que no ha encontrado Tabárez ha sido un espejo. Ahí quizás encuentre la respuesta.
Es evidente que los rivales en esta seguidilla de partidos no han sido los más favorables para revertir la situación, pero está claro que la posición en la que Uruguay se encuentra en la tabla también es producto de pobres partidos antes de esta serie de cinco, donde se perdieron puntos contra Venezuela y Paraguay, por ejemplo, y nos están salvando dos triunfos agónicos contra Chile y Ecuador en casa.
A Uruguay se le complicaron las cosas y pese a que «el camino es la recompensa» no parece haber reacción futbolística en un equipo donde las individualidades y el colectivo, incluyendo al entrenador, han fallado como pocas veces en tanto tiempo.
De aquí al final de este camino a Catar volveremos a una frase más acorde a estas circunstancias y que al igual que el tango, siempre está esperando a la vuelta de la esquina: «matemáticamente tenemos chance».
Nos vemos en breve.
Obdulio comenta,
Obdulio son los Padres