Lo único especial de la mañana de los lunes es que uno demora un poco más para levantarse y lamenta que no hayan corrido algún feriado para ese día.
El celular es parte de las cosas a chequear durante el café matinal y me sorprendí con veinte mensajes y seis llamadas perdidas de Obdulio espantado, al borde del colapso pidiendo pista para escribir un nuevo post.
Como trato de ser un padre de familia (casi) responsable y no quiero que me echen de mi trabajo, le pedí a nuestro cronista estrella que me enviara sus pensamientos por audio para transcribir más tarde, y lo primero que recibí de su parte fue: «ROMPIERON EL MALGUSTÓMETRO!!!»
El tema de esta jornada unió más a los uruguayos que el rechazo a los ambientalistas en reposeras cortando los puentes hacia Argentina por la instalación de BOTNIA.
Es algo que parece ser joda, pero en realidad empeora temporada tras temporada: el diseño de la camiseta alternativa de Uruguay.

Seguramente el teletrabajo impidió comprobar las habilidades de los diseñadores contratados mediante una reunión de zoom de menos de 15 minutos. Está más que claro que la firma alemana eligió al más barato de todos y le cargó con la responsabilidad de diseñar las camisetas mundialistas.
Vale decir también que algún dirigente local, que hace unos días se enteró que los vestuarios en la cancha de Liverpúl eran dignas de ser catalogadas como «catástrofa», tuvieron la genial idea de aprobar este mamarracho con el que Uruguay deberá pasear su fútbol en una nueva Copa del Mundo. Una más, ¿y van?
Este modelo, mezcla de camiseta para correr una 5k (con los números pegados con alfileres quedaba más buena y ganaba en innovación), el número de una moto de carreras y el cartel de una ruta nacional uruguaya, tiene escondido en el centro de la escena un mensaje oculto, que seguro caló en la psique de los uruguayos y los llevó al viejo conflicto por las pasteras en Fray Bentos:


Sí! el detalle de la ruta más la silla playera es un cóctel mortal para el odio inmediato a este diseño.
Menos mal que el número no fue el 2, sino la conspiración parecería confirmarse.
El mensaje recibido esta mañana por parte de Obdulio sin dudas resume lo peor que hemos visto a nivel de diseños de camisetas de Uruguay, peor que la camiseta satinada de 1999 que lucieron orgullosos el «pelusa» Magallanes, Marcelo Zalayeta, Gianni Guiggou (nadie se ha puesto de acuerdo como escribirlo y/o pronunciarlo), Alejandro Lembo y el mismísimo Gabriel Álvez (antes de quedar «robusto» por exceso de gimnasio en Grecia).

«Rompieron el malgustómetro», término acuñado por los amigos de Obdulio para definir cosas que se pasaban de la raya de lo tolerable, calza justo para medir esta versión blanca de la celeste 2022.
Obdulio espera ansioso para comentar los partidos de Uruguay en la Copa del Mundo, y si perdemos, al menos nos reiremos un poco de ver a Suárez luciendo «la 9 en el pecho».
Obdulio opina,
Obdulio son los Padres
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