Dicen que el fútbol da revanchas a la vuelta de la esquina, y a veces las calles parecen no curvarse nunca y en este caso la espera duró ocho años. Argentina liderada por Messi logró el premio que termina con todas las discusiones boludas sobre «el más grande» y «este ganó sólo con Barcelona».
¿El penal a Di María estuvo por debajo de la línea de los penalines CONMEBOL? Sin dudas. Pero Argentina salió a jugar una final y su rival un amistoso de Fecha FIFA, esos que les sirve a los franceses para «prepararse mejor que Argentina y Brasil según el crack de Mbappe».

Di María por izquierda fue el problema que nunca pudo resolver Deschamps y transformó al fideo en la gran figura del primer tiempo, generando la jugada del penal y haciendo el segundo tras una salida de espanto de los franceses. Di María es crack por donde se lo mire y le sobraron los 45 minutos del primer tiempo para demostrarlo.
El DT francés metió mano en el cuadro antes de terminar el primer tiempo pero a esa altura el partido parecía no tener levante. Argentina ganaba todas las divididas, tenía controlado el partido y Francia jugaba a más de cincuenta metros del arco.
Sin rival en la cancha y a puro toque, Argentina se encaminaba a su tercera estrella de la forma menos esperada, ganando tranquilo y sin sobresaltos.
Hasta que apareció Mbappé. Habrá que entender que al menos las próximas dos finales del mundo tendrán a Francia en la cancha, con esta bestia liderando al equipo.
El penal fue claro, el segundo fue un golazo y las dos piñas de Francia en los últimos diez minutos del partido parecían que los franchutes seguían de largo. Los fantasmas del partido con Holanda volvían y parecía que los blues tenían más fuerzas para el cierre.
El alargue fue un partidazo y el cierre le dio ese tinte de épica que todo campeón debe tener para saborear un poco más la copa. Cuando parecía que Messi y su tercer gol cerraban un partido soñado Francia se fue arriba, Montiel metió el brazo y Mbappé le devolvió la vida a su equipo.
Hablando de devolverle la vida al equipo, Dibu Martínez, un ordinario con todas las letras (pero que golerazo) le tapó el cuarto a Francia en la hora, permitió una contra más y el match se fue a los penales.
Ahí sólo Mbappé demostró tener categoría en su equipo, y Martínez se agrandó para ayudar a sus compañeros a lograr lo que todo su país busca desde hace 36 años: la tercera Copa del Mundo.
Montiel se la cruzó a Lloris (figura en los 120) que estuvo cerca en alguno pero no intimidó a nadie, y la Copa volvió a Sudamérica después de 20 años ante la mirada de Macroon que se pudo haber ahorrado la cara de culo en la premiación mirándola por TV.
Sí, Obdulio también se preguntó que le pusieron a Messi en el festejo, pero el jeque o lo que sea de Catar pagó la fiesta y tiene derecho a ponerle un gorrito con la bandera de Brasil si se le canta.
Se terminó el vigésimo segundo campeonato del mundo. Bien por los argentinos que resolvieron todos los problemas que se le fueron cruzando en el camino a la Copa, con un DT que transmite dos cosas: seguridad y tranquilidad, y jugadores que se la jugaron al 100% para lograr el objetivo del colectivo.
A los campeones, ¡Salud!
Obdulio volverá en algún momento, cuando los esforzados atletas vestidos de celeste pisen otra vez un campo de juego y nuestro comentarista estrella se disponga, una vez más, a comentar sus aventuras por el mundo del fobal.
Obdulio mundialisssssta,
Obdulio son los Padres, chicosss!