Las eliminatorias llegaron a su cuarta jornada y la selección de Tabárez enfrentó a su piedra en el zapato: Brasil (ta, tampoco es que no le podés ganar a Surinam). Obdulio consigue medios cada vez más precarios para ver el match pero todo sea por poder meter los dedos en el teclado y opinar.

De paso, agradecer a todos los que celebraron la vuelta de Obdulio a sus posts. Es bueno saber que siempre hay gente del otro lado leyendo esta bobadita que uno hace desde hace algunos años.

El comentario del partido y el unoxuno a continuación:

Imagen

El partido empezó más o menos como estaba previsto. Los brasileños atacando con Gabriel Jesús el flanco de Oliveros y por allí encontró por primera vez al siempre bien parado Campaña.

Los nuestros, más verticales, cargaron de responsabilidades a De la Cruz que trataba de buscar a Darwin Núñez que reventaba una pelota en el horizontal en la primera chance clara. En una zona de la cancha tan cargada de cristianismo, buscar a Darwin no parecía la mejor idea para evolucionar.

El dominio de campo y pelota era repartido y los zagueros de ambos equipos andaban más con la pelota que los jugadores creativos. En ese lapso Uruguay mostró un mejor posicionamiento en el campo pero nunca logró conectar ese pase final para completar una jugada incluso algunas veces las cosas se diluían antes que se armara algo serio.

Imagen

Brasil, sin jogo bonito (pero con el sello de Tité), esperó el momento justo para dar el pase al frente y generar problemas. En el segundo tiro al arco y ayudado por un rebote los brazucas se pusieron uno arriba y desarmaron todo el plan de juego uruguayo. ¿Tuvieron suerte? Sí. Pero hay que ayudarla al menos pateando al arco. Una cero y pelota al medio.

En ese momento Uruguay entró en el dilema de salir, buscar el empate y exponerse al ataque brasileño con espacios o esperar un poco y reordenar líneas para plantear el partido ante el nuevo escenario. La muestra la dio Firmino enseguida haciendo trabajar al mejor de los celestes, el muchacho vestido de verde cotorra.

Sin ideas la pelota iba fuerte para adelante salteándose los pies de Bentancur y rebotando en las canillas de Darwin y Cavani que no lograban hacer pie en ataque casi como desconocidos.

El remate de un primer tiempo olvidable lo remató Josema dejando salir una pelota que terminó en córner y gol de Brasil.

El dos a cero fue demasiado como para aspirar un empate. Tanto así que el segundo tiempo estuvo tan de más como la expulsión de Cavani y el festival de tarjetas amarillas.

Imagen

En esa segunda parte se rescata de Uruguay la innegable vergüenza deportiva, el espíritu de superación pero ante un rival que nunca permitió un esbozo de reacción. Apenas el gol bien anulado a Cáceres fue nuestra situación más clara.

Brasil demuestra que de la mano de Tité hace tiempo que está mucho más allá de los nombres y se hace fuerte con cualquier formación disponible. No se ruborizan si la tienen que reventar y apelar a la táctica Newton pero siempre encuentran un momento para explotar toda su calidad técnica, triangular y pegar cuando pueden. Hasta cuando juegan «feo» es un placer verlos con la pelota.

Incuestionable victoria de Brasil, otra más en el Centenario, dejando a Tabárez mascando bronca detrás del tapabocas y a los hinchas acostumbrándonos a perder con Brasil durante más tiempo del habitual (ganarles es más difícil que chiflar comiendo gofio).

Obdulio le agradece una vez más a su amigo que le permitió colgarse de su señal televisiva para poder ver el match y poder hacer el siguiente unoxuno con la mayor precisión posible.

Imagen

CAMPAÑA: El mejor de Uruguay. Cortando centros y tiros cruzados sin dar rebote, siempre bien ubicado y anticipándose a la jugada. Entrar a la cancha con sombra de barba y zapatos negros le compensan el verde cotorra de la vestimenta y el colorinche incómodo en el calzado.

CÁCERES: Cuando cruza la mitad de la cancha es el mejor defensor de los rivales. Sólo Abascal lo puede hacer peor que él en ese rubro. Al menos se sacó las ganas de tirar una patadita y deslizarse por el piso. En resumen, en la de él.

JOSEMA: Se comió los mocos dejando salir una pelota regalando un córner y fue superado en el mano a mano. Hora de cortarse ese pelito y meter otro tatuaje para volver renovado en marzo.

Imagen

GODÍN: Ordenó a Oliveros y tuvo una pelota en el horizontal (estaba en offside pero ya no nos importa). Está en ese momento incómodo de enfrentar la calvicie y decidir entre ser un peludo pelado o raparse a cero.

OLIVEROS: Lo llamaron medio de apuro y no desentonó. Ser lateral izquierdo de una selección uruguaya y no terminar puteado por los hinchas es un mérito. Por ahora tiene la timidez suficiente como para no cruzar la mitad de la cancha. Algo es algo.

TORREIRA: Además de que le arrimaron la ropa al cuerpo porque como es chiquito lo agarran de pinta, no logró encontrar nunca el socio que lo ayudara en la marca.

BENTANCUR: Hasta que pasó mal una pelota atrás y fue puteado por todos sus compañeros venía jugando bien, incluyendo algún quite muy bueno yendo al piso y sombreritos en la mitad de la cancha. Después se pudrió y les mostró como se juega cuando él no toca la pelota.

NÁNDEZ: Su juego desordenado y caótico se diluye cuando intenta desbordar a algún lateral rival. Despliegue, ganas, pero salvo un centro bien tirado no influyó como en el partido contra Colombia.

Imagen

DE LA CRUZ: Jugó por el lado de la iglesia y fue el más criterioso en ataque. Para la próxima un platito extra de sopa y agarrar fuerza para tirar los centros.

Darwin EL TITÁN Núñez: Reventó una pelota en el palo y luego siempre le quedó larga cuando se quería ir a pura potencia. Se notó la falta de comunicación con el Edin. Se ganó tres partidos de castigo volanteando por izquierda.

CAVANI: No le puedo reprochar nada. Hoy no fue de sus mejores noches y se fue mal expulsado. Al menos no va a volantear por derecha contra Argentina. De nada, Solksjaer.

LOS QUE ENTRARON: El único que le puso onda fue el Jona. El resto pasaron desapercibidos.

Imagen

La doble fecha se preveía de bajo puntaje y tres puntos parecen ser una cosecha inesperada y positiva. Se ganó en un lugar donde nunca se había ganado y se perdió con el que nos gana siempre. Al menos esta vez no nos comimos cuatro. Win win situation.

Uruguay quedó quinto por diferencia de goles y mejoró su posición respecto a la doble fecha pasada. No se conforma el que no quiere.

El camino a Catar 2022 será largo y sinuoso. Ojalá los nuestros no resbalen seguido y logren el objetivo.

Obdulio volverá para el comentario de los partidos contra Argentina y Bolivia en Buenos Aires y Montevideo respectivamente. En el medio, aprovechará el invierno para escribir alguno de sus post con temas que no siguen una línea en particular pero que espera que sean de su interés.

Un abrazo para todos,

se los extraña.

Obdulio no la deja salir por el fondo,

Obdulio son los Padres