Copa América: Uruguay 0 Argentina 1

Obdulio se puso frente a la TV con la esperanza de ver a Uruguay convertir un gol después de tres horas sin gritar un gol de la celeste y tras otra horita y media más se quedó con las ganas.

Comentar un partido de la celeste es un ejercicio entre el cariño que uno le tiene a la selección, el respeto al maestro Tabárez, su grupo de futbolistas que hace años suman más de un centenar de juegos con el combinado y la manera que han elegido hacer su «último baile»: jugando a la nada misma.

Los gritos que piden desde hace años el bastón de mando del DT saborean un momento del «te lo dije». La razón los asiste en los resultados, aunque el problema parece ser un poco más profundo que un mero asunto de poner a tal o cual.

Pues no es solo el director de la orquesta el que parece no lograr hacer afinar a los músicos, sino algunos intérpretes parecen ya no estar «para estos trotes» y seguro sean efectivos en algún partido, logrando hacernos callar con el dedito por un rato, pero cuando nos enfrentamos a selecciones «superiores» en nombre (o calidad individual), nos encontramos ante el escenario de siempre: no se nos cae una idea y terminamos lamentando un centro que de casualidad levantamos bien y la pelota pasó cerca, a unos tres o cuatro metros del área chica.

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Uruguay llegó a este partido con cambios (que no cambian) y la idea basada en puro pensamiento mágico de considerar que con Suárez y Cavani tenemos asegurado al menos un gol. Si generáramos juego en el medio y ofreciéramos algún tipo de desdoble o cambio de ritmo por las puntas, te la llevo. Pero Fue frustrante ver al pobre Cavani correr de un lado a otro de la cancha mientras Suárez justifica su presencia en el once inicial basados en la esperanza de que si le queda una el rival sacará del medio.

A la selección argentina le alcanzó jugar más o menos bien durante 13 minutos, hasta que Messi a la salida corta de un corner descaderó a Torreira con un enganche fantástico por izquierda, tiró un centro fuerte que Muslera no atinó ni hacerle sombra y agarró a un tal Guido Rodríguez bien ubicado para abusar de la pereza para la marca de Bentancur.

El juego aéreo firme de Uruguay, ese que también sirve para limitar al rival fue un espectador de lujo para ver el único gol del partido.

Después de eso Argentina hizo lo más sencillo: dársela a Uruguay que ellos se van a encargar de defender por los de blanco y celeste.

El medio lento, Valverde jugando bien lejos de la pelota, Torreira corriendo generoso sin sentido pegando a lo que se moviera (zafó de una amarilla clara), la pereza desesperante y casi con desprecio con la que juega Bentancur y apenas el aporte de De la Cruz que cuando agarraba la pelota tenía a Cavani a 30 metros y a Suárez peleando con Otamendi por si el dulce de leche es argentino o uruguayo.

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El segundo tiempo fue más de lo mismo pero con cambios inexplicables. El ingreso de Nández para que Valverde pueda jugar en el lugar de Bentancur y perderse la chance de poner a Ocampo, Torres, Brian Rodríguez o a un poste de la UTE por ese lado para generar más peligro que Nahitan, que le pone ganas pero no es de eso que debería jugar en Uruguay.

Después de ese experimento fallido llegó el turo de Ocampo, pero con la brillante idea de hacerlo jugar a pierna cambiada y de paso poner a Nandez de lateral, porque ya no tenía sentido tenerlo en un lugar para el que 15 minutos sirvieron para darnos cuenta que no era para él.

Ni hablar de la entrada de Torres, que a pierna cambiada (igual que Ocampo) debían desbordar a los argentinos que se limitaron a ver como sus rivales no sabían que hacer con la pelota y se limitaron a esperar el momento del saque de arco tras un nuevo pelotazo.

Después de tanto toque intrascendente de Uruguay, Messi se aburrió, agarró la pelota para él y generó peligro corriendo con la guinda y enloqueciendo a todo nuestro equipo que lo paraba solo con faltas. Por suerte ellos tampoco son un equipazo, sino nos comíamos 3 sin dramas.

El final a puro empujón contra el área y ni un centro tirado a los de celeste fue el colorario de un partido que los argentinos nos ganaron con nuestra fórmula: un gol de cabeza, dársela al que sabe y hacer un poco de tiempo.

Fin del partido.

Vamos derechito al unoxuno

MUSLERA: Ora vez vestido de mantel de casa de playa decorada por un daltónico. Se quedó en el único centro que debió salir a cortar con ganas y nos embocaron (hubo otros también donde se quedó clavado en la línea)

GIOVANNI: En el primer tiempo le cambiaron a todos los compañeros por delante y en el segundo le instalaron a Nández que se quedó con su puesto. Cáceres ya está calentando para el próximo partido. ¡Pobre Gio!

JOSEMA: Lento. Muy lento. No más lento que Godín, pero ya no es dominante en las dos áreas y se nota. Lo mejor fue una plancha a Otamendi.

GODÍN: Lindo abrazo con Messi antes del partido. Después lo paró con fouls o a pura experiencia.

VIÑA: a los 15 del segundo tiempo empezó a volver al tranquito y llevaba sus manos a las rodillas. En Palmeiras nos mandaron un clon del gran lateral que vemos jugar ahí.

VALVERDE: Perdido por derecha, perdido por izquierda, apenas dos cambios de frente cuando jugó por el centro. Es una papa con Kross al lado, ¿verdad, Fede?

BENTANCUR: Una vez escribí que iba a ser el más puteado de la selección porque no iban a entender su juego atildado y a otro nivel. Hoy me retracto y quito las últimas doce palabras de la oración previa a ésta.

DE LA CRUZ: Aislado por las bandas fue el único que se animó a algo. Y si hace algo más que Suárez seguro sale de la cancha.

CAVANI: Entreverado. Debe correr por su compañero de ataque y para colmo no es amigo de los rivales.

SUÁREZ: Es hora que mire un rato los partidos desde el banco. Pésimo partido.

NÁNDEZ: Jugó de volante por derecha y lateral. Un alivio para la defensa y el ataque argentino respectivamente.

GORRIARÁN: Sigue sumando sus minutitos cubriendo a los que se rompen.

VECINO: Otro que parece que tiene que jugar un rato. No se entiende

TORRES: Jugando a pierna cambiada para desbordar y meter el centro. Así cualquiera pasa desapercibido.

OCAMPO: De tirarle caños al 4 de Progreso a hacerle fouls a Messi. En nuestra sociedad no escala el que no quiere.

El próximo partido será con Chile. Suerte!

Obdulio no hace tres pases seguidos,

Obdulio son los padres

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