El Apertura pandémico llegó a su final y en el Estadio Centenario Rentistas y Nacional jugaron un partido fiel al trámite del campeonato..
Obdulio miró con atención el partido y se manda este post de última hora para cerrar este campeonato que ha seguido fecha a fecha.
Los equipos llegaron a esta instancia final desperdiciando un sinfín de oportunidades para salir campeón. La irregularidad, característica sobresaliente del Apertura 2020 se apoderó también de la final y metió la mano en el primer tiempo donde hasta el minuto treinta nada pasaba.
Irrazabal, el golero bigotón vestido de negro hizo las dos atajadas del partido. La primera a Castro volando notable y la segunda a Bergessio a puro reflejo y ubicación sellaron las dos únicas oportunidades de Nacional durante el partido.
Tras un primer tiempo olvidable Rentistas recién pateó al arco al inicio del segundo tiempo. La solidez de la zaga Rolín – Falcón (el mejor zaguero del campeonato) se complementaron a la perfección para minimizar a Bergessio y apoyar a un equipo sólido que no pasaba zozobras contra el grande que poco a poco se enredaba en sus limitaciones para generar juego.
Vega, el mejor de Rentistas y de los más regulares del campeonato era de los pocos que lograba retener la pelota con criterio junto con Abisab, pero los minutos pasaban y ninguno de los dos hacía méritos para vencer el arco rival.
Con el correr de los minutos el cansancio ganó y los músculos recibían a destiempo las órdenes del cerebro que perdía de a poco el control de los físicos.
Matías Suárez complicó a Nacional en el último tramo del partido con su doble amarilla y a partir de allí se terminaron las ideas de Nacional..
El alargue, una bestialidad planteada para definir este Apertura cuando los equipos jugaron varios partidos entre semana, asomaba en el horizonte y Rentistas parecía ser el que tenía más combustible en el tanque.
Capuccio fue paciente con los cambios y atento a la posibilidad del tiempo suplementario corrió el riesgo de jugar un partido de largo aliento en lugar de tratar de rematarlo en los 90. Los hechos le dieron la razón y al primer minuto del tiempo extra llegó el gol de la victoria.
La volea de Vega se metió en el arco de la Ámsterdam y a partir de allí Rentistas empezaba a cerrar el capítulo más glorioso de su historia hasta el momento.
Nacional vendió cara su derrota pero desde el «no puedo más» de Corujo hasta la frustración de Bergessio rodeado de la marea roja defensiva el panorama parecía estar jugado a una pelota salvadora a lo cuadro grande.
Dar el paso del triunfo para un cuadro chico es por momentos un salto a lo desconocido que pocos logran sortear, en especial cuando enfrente tenés a un grande de nuestro fobal.
Los 29 minutos más largos de la vida de los hinchas de Rentistas terminaron cuando Daniel Rodríguez alzó sus brazos y pitó el final del partido tras el enésimo centro que la defensa rechazaba.
Ya no importó el mano a mano desperdiciado sobre la hora ni los puntos perdidos sobre el final del torneo cuando parecía que Nacional se lo llevaba por los palos.
Rentistas celebra su primer campeonato en Primera División y se mete en la definición del Campeonato Uruguayo, que según lo que hayan planeado las mentes iluminadas que arman los calendarios será una final, una semifinal o lo que se decida un par de semanas antes para cubrir algún vacío reglamentario.
Recién llegado de la B, le hace una guiñada a la hazaña de Central Español que ganó el Campeonato Uruguayo 1984 llegado desde la B. Para completar el premio le faltará la otra mitad del botín. Sin embargo, la alegría por Avenida General Flores e Industria será recordada por muchos años y esta noche habrá fiesta en el barrio Cerrito de la Victoria.
Obdulio se despide hasta el Torneo Clausura manteniendo su negación a hacer comentarios del Torneo Intermedio (al final les dejo el calendario por las dudas) más allá de algún partido puntual que pueda ameritar su incursión por el teclado y opinar.
A los campeones, ¡Salud!

Obdulio juega los 120 y no se acalambra,
Obdulio son los Padres